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"COMO UNA PESADILLA" (FIC ANTHONY BROWER)

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Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 7:16 pm

"COMO UNA PESADILLA"

CAPITULO PRIMERO

UN MILAGRO




[Solamente los administradores pueden ver esta imagen]


Capitan Alemán: Inicien el Patrullaje costero.
Después de una hora…
Soldados Alemanes: Señor hemos encontrado un herido, parece ser un piloto de rango ¿Qué hacemos?
Capitan aleman: Llenvenselo podria sernos útil… Si es que sobrevive.
Soldado aleman: Como uste ordene señor!.
El soldado americano sufre mucho dolor, ha quedado inconsiente después de unos minutos de haber sido apresado. Los alemanes se preguntan como puede todavia estar vivo. Él tiene multiples roces de bala, parece que ha perdido demasiada sangre a causa de las heridas del impacto. Lo que más les sorprende a sus captores, es la fuerza de voluntad que tiene este prisionero, que despues de que su avión se estrello en el oceano pudiera sobrevivir y llegar hasta la orilla de la playa.
Soldado Aleman: Esto es una causa perdida, no se porque debemos tomarnos las molestias de llevarlo a la base, veremos si despues de todo eso logra sobrevivir a los campos de prisioneros, jajaja. Subanlo al camión!!!.
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Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 8:02 pm

CAPITULO II

SIN ESPERANZA


Prisionero: Dónde estoy? A donde me llevan? Auxilio? Lo único que podía sentir era un olor fétido, la oscuridad, sentía la muerte y entre el dolor pudo al fin abrir los ojos.
Soldado Americano: Tranquilo estas con amigos, mi nombre es Stuart y también soy americano, estas en una base alemana, en Francia.
Prisionero: Pero como, yo debería estar muerto, sentí mi cuerpo herido, la sangre brotar, no puedo creerlo estoy vivo!!
Stuart: No sé porque estás tan alegre, a veces pienso que hubiera preferido morir a estar aquí, todos los que hemos sido capturados deseamos que la muerte nos llegue, porque este es el infierno.
Prisionero: No pienses así, aquí todavía puedo tener la esperanza de ver a mis seres queridos ¡Patricia! Aun puedo cumplir mi promesa, aun podré regresar con mi familia, con mi hermano. (En su rostro era visible la alegría de saberse vivo) por cierto mi nombre es Alister Cornwell pero mis amigos me llaman Stear.
Stuart: ¡Hey chicos despertó el bello durmiente!
Otros prisioneros: No podemos creerlo, cuando los soldados alemanes te trajeron parecías más muerto que vivo, y mírenlo aquí esta, hasta sonriendo.
Aun no comprendemos como fue que te trajeron, normalmente si estas mal herido te dejan a tu suerte, no sé si es suerte la que tienes o castigo.
Stear: Pues yo prefiero pensar positivamente, no hay vuelta a atrás. (Paty voy a volverte a ver, lo sé!).
Eso pensaba Stear mientras uno a uno los prisioneros de ese campo se acercaban a saludarlo, reflejaban cansancio, muchos tenían golpes profundos en diferentes partes del cuerpo, otros reflejaban una inmensa tristeza en el rostro, el dolor se observaba por todos lados. La habitación era pequeña y las camas escasas, todo era lúgubre.
Stuart: Bueno es mejor que descanses, dentro de poco regresaran los demás, aquí nos utilizan para construir trincheras y trabajos que por ningún motivo harían ellos, así que tienes que tener fuerza porque el castigo para la debilidad es la muerte.
Al llegar al campo de prisioneros los nuevos compañeros de Stear no tardaron en ponerlo al corriente del funcionamiento del lugar: la comida era escasa así que entre ellos trataban de dividirla equitativamente, como todos eran soldados de menor rango muy pronto los enviarían a otro lugar en Bélgica, y allí serian forzados a trabajar aún más duro, por muy largo tiempo, escapar era inútil, cualquier tipo de desobediencia era castigado con la más vil de las muertes. Así que amigo te recomendamos que seas cauteloso para así preservar tu vida.
Stear se quedó pensando, muchos de los que allí estaban tenían meses viviendo en esas condiciones. Hace una semana pensaba que iba a morir y ahora era forzado a trabajar hasta tener ampollas en las manos y pies, recordaba la vida con la tía abuela y que jamás en su vida había trabajado a no ser en sus inventos, y ahora dormir era difícil debido a su cuerpo adolorido por el trabajo y por primera vez en toda su vida sentía hambre, Estaba cansado pero aun guardaba la esperanza de ver a Paty, a Candy y a su querido hermano, no podía rendirse, a veces en su mente inventaba mil y un cosas para poder escapar pero ellas fracasaba al ver como cada uno de sus amigos sucumbía ante la desesperación y poco a poco la llama de vida se extinguía dentro de sus propios cuerpos, podía observar como día a día sus amigos morían frente a sus ojos y como sus cuerpos eran quemados, enterrados o dejados en algún lugar como si no valieran nada, se preguntaba por la familia de cada uno de ellos y en como en este momento su familia estaría sufriendo a causa de su decisión, pero él sabía que debía luchar y lo seguiría haciendo, aunque a veces pensaba “Este será mi fin….”, pero rápidamente se respondía ¡No, no lo será! Y así pasaban los días, muy pronto llego la noticia, la mayoría de los prisioneros serían enviados a un nuevo lugar en Bélgica para luego ser trasladados a Alemania, y así pronto estarían más y más lejos de la frontera aliada y la posibilidad de ser rescatados seria nula, el lugar era conocido por ser uno de los más crueles, había aún más hambruna, se sufría de pestes y el trato era aún más cruel, a pesar de que la Cruz Roja trataba de hacer todo lo posible porque las condiciones de los prisioneros mejoraran.
Esa misma mañana las noticias llegaron, todos los prisioneros fueron llamados y se les ordenó formarse, la mayoría estaban delgados, casi hasta los huesos, así que serían llevados solamente aquellos que tuvieren alguna posibilidad de llegar sanos hasta el lugar, se había hecho una lista y uno a uno fueron llamados los prisioneros cuyo destino seria el campamento de Bélgica. Una voz grave y disonante mencionaba sus nombres: Stuart, Carter, Canden, Ross, White, Charles, Robertson, Emerson, Wesbrook, Moon, Rocwell, Andersson, Howell, Carson, Tomas, Larson. …., al parecer no cabía ni un alma más, lo cual se le notificó al mariscal que llamaba a los prisioneros… se dio la vuelta y ordenó a los soldados que cerraran los camiones.
Stear se sintió aliviado podría quedarse un tiempo más cerca de las fronteras aliadas y tal vez solo tal vez tendría única posibilidad de ser rescatado, en ese instante de alivio, de esperanza una ráfaga de luz y un ensordecedor sonido trastorno la mente de todos los presentes, el suelo tembló, todos cayeron al suelo, se escuchaban gritos de dolor, el polvo y el humo cubrieron el lugar.
CAPITULO III


UN LARGO Y TORTUOSO VIAJE


El humo cubrió el lugar, lo único que podía apreciarse entre el polvo era la silueta de dos hombre parados uno frente al otro, Stear era uno de ellos, se mantenía firme y su cara no refleja miedo alguno, el mariscal era el otro hombre parado frente a él, quien lo observaba con asombro debido a la valentía de aquel muchacho.

Al fin se pudo observar el campamento la mitad de él estaba destruido, se podían observa cadáveres cerca de ese sector, unos alemanes, otros prisioneros que habían sido enviados a cuidar el incinerador que al parecer había explotado, la escena era sombría, y los cuerpos se reconocían únicamente por el uniforme que llevaban puestos, el Mariscal dio instrucciones de limpiar la zona y una orden más:

Mariscal: Quiero que ese prisionero suba inmediatamente al camión!!
Stear estaba desconcertado, no había sido escogido para hacer ese viaje largo y agotador y ahora se ordenaba que lo metieran a la fuerza si es posible en ese camión, sus esperanzas de ser rescatado desaparecían como lo hacía Paty al despertar de sus sueños.

El viaje comenzó, había tantos hombres en el pequeño camión que Stear sentía sofocarse, nadie hablaba, todos parecían perdidos en sus pensamientos, ahora parecía que morir hubiera sido una mejor opción, su pierna derecha estaba afuera del camión y se sujetaba con las manos a la parte de arriba, los soldados alemanes venían atrás de ellos apuntando con el arma y listos para disparar a cualquiera que hiciera un movimiento anormal, Stear mira a su derredor no podía creer la destrucción que la guerra había traído a ese lugar, vio la vida de sus amigos esfumarse en el aire, en aquellos aviones que tanda deseo pilotear, pero ahora la destrucción era diferente, aquellos lugares que eran pastos verdes y arboledas hermosas, eran solo un recuerdo, había fango y más fango, el sol él era sofocante y ni un solo árbol para proporcionar sombra, si alguna vez hubo vida ahora, no quedaba ni el recuerdo, que tristeza sentía Stear, el quería proteger lo que amaba y ahora no quedaba nada que amar.

El camión se movía lentamente, habían grandes agujeros provocados por bombas en todo el camino, la tensión iba en aumento, se sabía que en cualquier momento podrían ser atacados desde el aire no se diferenciaban uniformes solo peligro, en ese preciso instante se escuchó la voz lejana en un alemán no muy comprensible, Stear entendió poco pero si lo esencial del mensaje.

¡¡¡¡¡¡Nos atacan cúbranse!!!!!!

Stear escucho le ruido de los aviones surcando el aire, y de pronto un estruendo aún más fuerte que el que había escuchado en el campamento alemán, los prisioneros trataron de salir del camión lo más pronto posible, debido a que Stear estaba en la puerta, dio un salto y cayendo inmediatamente atrás del mismo, en ese instante las ráfagas de metralla resonaron, los alemanes estaban matando a todo aquel que saliera del camión, Stear vio como sus amigos caían uno sobre otro, la escena era espantosa, cada uno tratando con todas sus fuerza de luchar contra la muerte, sentía ganas de llorar, sus amigos, sus hermanos, aquellos que lo cuidaron, y allí frente a sus ojos estaba Stuart, quien con una sonrisa en los labios agradecía el final de aquel infierno. Stear se inclinó frente a él y lloro como nunca antes lo había hecho, ya no escuchaba los sonidos de la guerra, dejo de escuchar las bombas, los disparos, los gritos, solo podía observar a aquel amigo inerte en el suelo, con una sonrisa en sus labios y su mirada perdida en el cielo gris de ese día.

Stear se sentía solo, mientras una mano toco su hombro y voz lo obligaba a cerrar los ojos mientras un objeto frio se pegaba a su cabeza.
CAPITULO IV

UN AMIGO EN CAMPO ENEMIGO

Una mano toco el hombro a Stear y una voz lo obligó a cerrar los ojos, mientras un objeto frio se pegaba a su cabeza, en ese momento solo escuchaba el gatillo del arma que lentamente era jalado por un soldado alemán, él estaba seguro de que sería él fin, pensó que moriría igual que sus amigos pero sobre todo igual que Stuart con una sonrisa en su rostro, pero a diferencia de él, Stear no quería morir, quería regresar con sus seres amados, por un momento pudo observar esos momentos maravillosos con su hermano y su primo, con Candy la pequeña chica que le robo el corazón solo con verla, y de Paty su gran amor, sus ojos seguían derramando lágrimas, no por el miedo sino por la impotencia de no poder defenderse, de no poder cumplir sus promesas, había recorrido ya un largo camino y ahora…, en ese instante se escuchó una gran explosión, otra bomba pensó Stear, cuando sintió que algo le había salpicado por la espalda, abrió los ojos y frente a él la sangre era visible, se tocó el cuerpo no sentía dolor, entonces si no era su sangre ¿de quién era?, ya no sentía el metal detrás de sí, volvió la mirada y pudo observar como aquel soldado que hacia un rato le apuntaba a la cabeza yacía en el piso, sus viseras estaban de fuera, y en el poco ingles que sabía le pidió, le suplico que le diera fin a su vida, ¡mátame! le suplicaba ¡mátame!, Stear lo vio, y su dolor se reflejaba en el rostro, su aflicción, su desesperación, así que tomo el arma y le apunto pero antes de que le disparara el soldado alemán murió siendo su última palabra ¡Madre!

Stear agradeció no haber tenido que dispararle, aunque sabía que a eso iba a la guerra, no deseaba hacerlo sin ninguna razón.
El rostro del soldado alemán no era diferente al de sus amigos, todos eran jóvenes, hubieran llegado a tener un futuro brillante, pero la guerra había acabado con sus vidas, con sus sueños, Stear vio a su derredor, habían cadáveres por doquier, los aviones aliados y alemanes surcaban el cielo, y nuevas tropas alemanas habían llegado a ayudar, era una carnicería, muerte, sangre, disparos, bombas, y más muerte, Stear pensó en escapar pero ya era tarde los alemanes habían derrotado a las tropas aliadas tanto en el cielo como en tierra y nuevamente estaba rodeado de enemigos, pocos fueron los prisioneros que lograron sobrevivir, así que se decidió trasladarlos a la base más cercana.

El viaje continuo, esta vez el camión iba casi vacío, solo habían quedado 5 de todos aquellos que habían salido, cada escena de muerte pasaba por la mente de Stear, el trataba de pensar solo en aquello que lo hacía feliz pero era casi imposible, al fin llegaron a su nuevo destino, era la base de la fuerza aérea alemana, y como su uniforme era de aviador, fue enviado a trabajar directamente con los aviones, debía realizar reparaciones menores, era gracioso parecía sin importancia pero, muchos habían muerto haciendo ese tipo de tarea.

Y así nuevamente Stear era prisionero, por lo menos ahora trabajare en algo que me gusta, ¡aviones! Las reglas no habían cambiado mucho porque al final el castigo era el mismo “la muerte” Stear se concentraba en los aviones, tal vez pronto podría robar uno y escapar de allí, siiiiiiiiii eso hare, escapare de aquí.

Los días pasaron y se estaba acostumbrando, el trato en la base por lo menos era mejor, allí si les daban de comer, aunque fueran las sobras de las tropas alemanas.

Stear estaba debajo de uno de los mejores aviones de la base, cuando una voz le dijo: Cuida de este avión, sino lo haces pagaras con tu vida! Stear solo pudo observar las botas alemanas y sintió curiosidad, de saber quién le amenazaba esta vez, al salir pudo ver a un joven no mayor que él, su rostro, pensaba Stear, su rostro lo he visto antes, pero dónde?
Cuando una segunda voz dijo:
Capitán: Hardy Schnitzer es usted verdad?

Stear recordó ese nombre, si era él, a quien meses antes le habían ordenado matar a toda costa, ahora estaba allí, esa vez no había acabado con su vida porque las armas de su contrario no funcionaban, y por esa razón había caído víctima de las balas de otro avión. Hardy vio a Stear e inmediatamente lo reconoció, al momento de marcharse el capitán miro a Stear y le dijo:
Hardy: Recuerdo que te debo una, piensa en cómo quieres que te pague y luego dime.
Stear se quedó muy sorprendido, el aun lo recordaba, y no solo eso, podría obtener algo de él, pero que pensaba Stear, que puedo pedirle, y durante la noche pensó y pensó hasta que por la madrugada una idea vino a su cabeza, ¡SI! Eso le pediré, espero lo haga.

A la mañana siguiente, Hardy se acercó a Stear y este sin que nadie lo viera le entrego una nota con su petición, Hardy salió y leyó la nota, es arriesgado pensó, pero…

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Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 8:11 pm

CAPITULO V

MISION SIN REGRESO

A la mañana siguiente, Hardy se acercó a Stear y este sin que nadie lo viera le entrego una nota con su petición, Hardy salió y leyó la nota, es arriesgado pensó, pero, si me hubiera pedido escapar aun con mi ayuda no hubiera llegado vivo fuera del campamento, el problema ahora es como le hago para entregar una simple carta, cuando no puedo ingresar a ningún campamento aliado sin que me disparen a matar, bueno en algo pensare.
Los días pasaron y Hardy no respondía nada a Stear, quien no preguntaba porque sabía que lo que había pedido sería muy difícil de cumplir, pero valía la pena intentarlo. Una mañana Hardy entro por la puerta del hangar y entrego a Stear papel, lápiz y un sobre, diciendo: escribe rápido porque esta noche salimos en una misión y tal vez después no pueda ayudarte.
Stear se escondió bajo uno de los aviones que estaba reparando y allí empezó a escribir lo que tal vez sería su última carta.

Mí amada Paty:

La guerra ha sido muy difícil, más de lo que imagine, la muerte y la destrucción se observan en cualquier lugar, todo es tan triste, jóvenes peleando a muerte en una guerra que no provocamos, pero en fin todo sea por nuestro país, a pesar de todo aun puedo encontrar un lugar apacible entre tanto caos, ¿y sabes dónde está? ¡Junto a ti! Si junto a ti, porque al cerrar los ojos por la noche puedo ver tu hermoso rostro y escuchar tu dulce voz, y te siento cerca, y estando junto a mi todo es paz, no recuerdo si alguna vez te lo dije, y si lo hice no sé cuánto tiempo atrás lo dije, pero quiero que siempre recuerdes que ¡¡Te Amo!!, aun en esta prisión sin barrotes que es el campo enemigo, puedo encontrar en ti la libertad, gracias por estar conmigo en estos momentos, no sé qué hubiera pasado si no te hubiera conocido, estoy tratando de cumplir con mi promesa y luchare hasta el último aliento por cumplirla, sé que pedirte que seas feliz seria pedirte imposibles, cuando yo soy el causante de tu tristeza pero quiero que seas feliz siempre, porque tú me has hecho feliz a mí.
Dile a mi familia que los amo, dile a Archie que cuide de la tía abuela, el es lo único que tiene ahora, dile a Candy que cueste lo que cueste sea feliz, que no deje que Eliza y Neal se metan con ella, es una chica fuerte y sé que cuando lo necesite les dará un buen derechazo si es necesario.
A mis padres que aunque no estuvieron cerca siempre los he amado, y a mi querida tía que la amo mucho, siempre fue una madre para mí y aunque a veces fui un poco rebelde, gracias a ella soy el hombre que soy, y si es posible pedirle algo más, le pido que quiera a Candy, es una buena chica y se lo merece.
Bueno mi amada Paty, tengo que despedirme, se termina el tiempo, solo quiero recordarte que luchare cada día por verte otra vez.
Te ama

Eternamente tuyo Alister Cornwell

P.D. He pensado en muchos inventos durante este tiempo así que dile a Candy que se prepare.

Stear doblo la carta y la metió en el pequeño sobre colocando en el sobre lo siguiente: destinatario Paty y la dirección de su casa en Londres
La verdad no sabía cómo Hardy iba a entregar la carta pero confiaba en que llegaría a su destinatario.
Hardy fue por su avión y Stear le dio la carta, dándole un gracias casi imperceptible, Hardy solo sonrió y sin más abordo su avión y se dirigió junto con la flota a campo aliado para empezar la batalla.
El tiempo fue eterno, Stear seguía con la duda de cómo Hardy entregaría la carta, caminaba de un lugar a otro esperando el regreso de los aviones, deseaba hablar con Hardy no importaba cual fuera el castigo, pero tenía que saber, de pronto se divisó en el aire un avión, y otro más, habían salido a combate más de 10 aviones y los únicos en regresar habían sido tres, Stear no miraba por ninguna parte el avión de Hardy, busco, busco y no lo encontró, se acercó a los pilotos que habían regresado para saber las noticias, con la excusa de que tenía que revisar los desperfectos, había aprendido un poco de alemán así que se esforzó todo lo que pudo por entender, los demás no lo lograron, Hardy se acercó mucho al campo aliado, fue atacado desde tierra y aire, su avión sufrió serios daños y no creo que logre vivir.
Stear estaba


CAPITULO VI


ESPERANZA EN UN SOBRE

Hardy murió en los brazos de Stear, mientras los soldados alemanes se acercaban apuntando con su arma al chico americano que estaba frente a ellos, de repente todo se oscureció. Stear callo inconsciente sobre el suelo, le habían asestado en la cabeza con la culata de un pesado rifle GAW98K.

Cuando despertó, se encontraba en un sitio frio, oscuro y húmedo, no tardó en darse cuenta que estaba encarcelado, no eran más que cuatro latas rodeándole, de no más de un metro por lado, la corroída lamina que cubría su cabeza apenas le dejaba divisar algunas estrellas, le dolía la cabeza, aún la sangre en su cabello estaba fresca, la situación no podía empeorar más.
En el campamento aliado, los soldados terminaban su ronda de patrulla, habían sufrido un ataque aéreo recientemente, y debían asegurarse de que ningún enemigo estuviera cerca para aprovecharse de la situación. Aquella era una noche fría y estrellada, la penumbra dominaba el paisaje, poco era lo que se podía ver, y caminaban con miedo a que una bala pudiera acabar con sus vidas, uno de ellos cayó a los pies del soldado que lo acompañaba, su compañero se dio la vuelta, mientras el otro yacía en el suelo, revisando aquello con lo que había tropezado, puesto que había sonado a madera hueca. Parecía inverosímil lo que vieron, encontraron un paquete. El envoltorio era una pequeña bandera americana, y sobre él una nota escrita en ingles: “por favor si algún soldado aliado encuentra este paquete, entréguelo a
PATRICIA O’BRIAN
London
EC4N 8BH
– “¿Qué crees que debemos hacer?” Se preguntaron los soldados al unísono,
– Bueno revisemos y llevémosela al capitán y él que decida.
Los soldados revisaron el paquete, había una carta enviada por Alistear Cornwell a Patricia O’Brian, y un pequeño cofre, que solo tenía la dirección del destinatario, en América: Susana Marlow en Broadway.

En la base el capitán reviso el paquete y recordó que había visto actuar a una bella actriz con ese nombre y decidió enviar dicho paquete al cuartel general con carácter de urgente para que allí se encargaran del envió.

Casualmente, el paquete fue recibido por el Capitán Bowman quien al leer el nombre del remitente exclamo; ¡Alister está vivo! , no podía creerlo, lo había enviado hacia meses de misión y no había vuelto, lo habían declarado muerto e informaron a la familia de ello, debía enviar la carta lo más pronto posible, e informar a la familia por los canales apropiados. Su familia estaría feliz de saberlo vivo, no importando el lugar donde estuviera, y urgentemente la carta y el cofre fueron enviados a Patricia O’Brian y Susana Marlow, respectivamente.

Patricia había regresado a Inglaterra aun en contra de la voluntad de sus padres, había hablado con un joven familiar de Stear que al igual que ella dudaba de que él estuviera muerto, el cual le ofreció apoyo económico y si era necesario el mismo lo buscaría al tener alguna pista, así que a pesar del peligro decidió buscar por sí misma una prueba, no importaba cuanto tenía que gastar, valía la pena.

Inglaterra estaba en una situación económica difícil, la pobreza era evidente, la gente hacia cualquier cosa por obtener dinero, así que fue fácil para Paty encontrar quien la ayudara con su investigación y también protección para ella ya que vivía sola en aquella mansión familiar.

Estaba cansada, había hablado con cuanto militar había en el cuartel general inglés, pero no habían noticias. Ese día, llego a la sala, era inmensa y se sentía tan sola, –si tan solo hubiera alguna señal, algo que me ayudara a acabar con la esperanza o darle alguna razón a mi loca búsqueda–.

Alguien tocaba a la puerta, era raro, la época no estaba para visitar ni recibir visitas, escucho cuando la empleada abrió la puerta y una voz varonil le dijo que tenía una carta para Patricia O’Brian y que había recibido órdenes de entregársela personalmente, la empleada fue y llamo a Paty, estaba cansada y ahora era obligada a levantarse de su cómodo sitio, se dirigió a la puerta y su corazón dio un vuelco cuando vio el uniforme del Ejército Ingles, Soy Patricia O’Brian, que desea señor, este respondió, traigo una carta para usted.

Paty tomo la carta, su mano temblaba, que podría ser ahora, tal vez aquella carta era la prueba definitiva de que Stear estaba muerto, y sus esperanzas junto a él, dio las gracias y cerró la puerta, volteando lentamente el pequeño sobre para leer quien era el remitente, e inmediatamente reconoció la letra, leyó aquel nombre una y otra vez, las lágrimas salían de sus ojos sin detenerse, cayó al suelo de rodillas y abrazo esa carta como el más grande tesoro, esta carta, esta carta es de Stear!!!
Abrió la carta lento, no quería que el tiempo pasara, detenerlo en aquel momento de alegría era su deseo, saco la hoja que estaba algo sucia, al parecer de grasa, recordó aquel verano en Escocia, era común para Stear estar con grasa en las manos, inventando, así que aun arrodillada empezó a leer esa carta, una y otra vez, tantas veces la leyó que podía recordar cada palabra en su mente, ¡Esta vivo gritaba!¡Esta vivo!, y así seguía llorando, recogió su bolso e inmediatamente se dirigió a la estación de telégrafo más cercana, y envió el siguiente telegrama:
Ian Brower
Stear está vivo. Al parecer en una base enemiga. Pero está vivo. Ven pronto, tenemos que encontrarlo a cualquier precio. Avísame cuando tomes el barco a Londres. Esperare en el puerto. Tenemos que rescatarlo.
Patricia O’Brian.

Mientras tanto, en la base enemiga se preparaba un pelotón de fusilamiento, se había sentenciado a muerte a un prisionero americano.
CAPITULO VII

REVELACIONES

Candy: Me llamaste Ian

Ian: Es algo muy importante y que cambiara nuestro futuro próximo, siéntate y escúchame. Durante el tiempo que estuve enfermo recibí noticias que me causaron mucho dolor, pero a diferencia de los demás no me conforme con tan solo los rumores, tenía que encontrar respuestas aunque fuera más allá de la muerte, así que decidí contactar detectives que investigaran causas, motivos, lugares y hoy después de mucho tiempo recibí este telegrama, quiero que lo leas y que tomes una decisión. Candy realmente no sabía a qué se refería Ian, así que tomando el telegrama entre sus manos comenzó a leerlo, no podía creerlo, pero si eso era cierto que pasaría ahora entre ella e Ian, estaba fría, todos pensaron que estaba muerto y ahora… ¿Qué tienes pensado hacer Ian? Ella sabía que Ian no se sentaría a esperar, el buscaría por sí mismo a esa persona que tanto quería, y ¿que era parte de su familia?

Ian: Candy tengo que buscarlo hasta encontrarlo, mi vida no tendría paz sino hago algo por devolverlo a este lugar con la familia que ama y que lo ama.

Candy sintió la firmeza en sus palabras, sabía que no lo haría desistir y en el fondo ella no quería que fuera de otra manera, lo vio y con convicción le dijo¡¡¡¡Iré contigo!!!

Ian: Puede ser muy peligroso, según me informaron él está en un lugar muy lejano y como están las cosas no quiero arriesgarte, no puedo permitirme perderte otra vez.

Candy: Lo sé, pero ya no soy una niña y si algo pude aprender de todas las experiencias vividas es que debo luchar por lo que amo a cualquier precio y contra cualquier persona, solo quiero pedirte algo antes de partir.

Ian: Dime, lo que desees será para mí un honor cumplirlo.

Candy: Casémonos antes de irnos, esta vez no voy a dejar que hayan cabos sueltos.

Ian estaba tan feliz eso era lo que él deseaba, pero después de la última noticia pensó que tendrían que esperar más tiempo. Tus deseos son ordenes amor. No lo querría de otra manera. Esta hecho nos casamos en dos días. Ian y Candy notificaron a todos sus amigos, no querían a nadie más presente en la ceremonia, y todos aceptaron asistir.

La tía abuela como retribución por todos los años de sufrimiento que le había causado a Candy la ayudo con todos los preparativos a pesar de la prisa iba a ser maravillosa, para Candy había ordenado un vestido blanco, tallado hasta la cadera y los hombros descubiertos, como siempre la parte inferior del vestido casi al final iba bordado con rosas dulce Candy en hilos de oro, la cola del vestido era larga y en su cabello una pequeña tiara de oro y diamantes, lucia sumamente hermosa.

Ian por su parte estaba vestido con traje negro, lucia hermoso, y juntos eran un espectáculo de belleza sin igual.
La boda se realizó en el jardín de las rosas, todo se veía hermoso, las rosas estaban llenas de vida, hasta parecía que sonreían, todos los invitados estaban tan felices, se había mandado a comprar ropa nuevas para los habitantes del hogar de Pony
Todos estaban allí, sus amigos, los que estuvieron con ella en tantos momentos de dolor, los que le dieron alegrías y la animaron a encontrar su camino, ella se veía radiante y todo estaba listo para el maravilloso día.

La música comenzó y Candy se acercaba al altar donde Ian la miraba con tanto amor, Candy era entregada por Albert y los niños del hogar sostenían la cola del vestido, Ian la tomo de la mano muy fuerte como si al soltarla la perdería otra vez, luego la ceremonia empezó, Candy estaba tan feliz y las palabras más famosos del mundo fueron escuchadas una vez más pero para esta vez para nuestra feliz pareja.

- Candy White Andley acepta por esposo al señor Ian Brower Andley
Yo...
Candy es interrumpida por Ian que dirigiéndose a ella dice: Durante muchos años espere este momento y ahora que mi sueño se ha hecho realidad, quiero hacerlo bien, Padre mi nombre es Anthony Brower Andley, ese nombre debe usar para casarnos por favor.

Candy vio a Anthony tranquilamente, y le acaricio el rostro, siempre supe que estabas vivo y me alegra que no solo lo hayas estado en mi corazón.

Anthony: Disculpa Candy quería que me amaras por quien soy ahora no por quien fui, y soy tan feliz de saber que así lo es “Te Amo”.

Todos los invitados estaban tan felices, muchos sorprendidos por las últimas declaraciones, pero ya daba lo mismo, la felicitada era mayor que cualquier duda o pregunta.

La fiesta fue esplendida, cuando bailaban se sentían en las nubes, el aroma de las rosas envolvía todo el lugar, era simplemente perfecto.

Casi terminando la fiesta fueron interrumpidos por un muchacho que les decía que su carruaje estaba listo.
Anthony: Candy es el momento, estas lista.

Candy: si estoy lista y veras que lo encontraremos, y otra vez el sonido de tres gaitas se escuchara por la colina.
Anthony: Entonces que esperamos Stear nos necesita y no regresaremos hasta haberlo encontrado.
Candy: Si amor

Y así Anthony y Candy se embarcan hacia Inglaterra donde comenzara la búsqueda de nuestro querido Stear, lo que no se imaginaban era que no estaban solos, alguien más se escondía en la penumbra esperando el momento adecuado para efectuar su venganza.

Se vislumbraba el atardecer, los pasajeros eran diferentes esta vez, la mayoría jóvenes que partían a combatir por su país, Anthony hubiera querido que su luna de miel fuera algo maravilloso, por un momento su rostro se tornó triste, Candy vio su cambio y con sus manos toco su rostro, dándole un tierno beso en los labios, y con palabras suaves al oído le dijo, ¡TE AMO¡ “se que estamos haciendo lo correcto, y eso me hace muy feliz”, Anthony la vio, y en sus ojos encontró la fuerza para seguir adelante, aunque algo lo hacía sentirse extraño, sentía que una fuerte mirada lo traspasaba, busco el origen de aquel sentimiento pero no había nada.

Anthony: Candy me siento un poco extraño, no sé si es el viaje, o todos estos acontecimientos, pero siento que algo no está bien.

Candy: No te preocupes Anthony todo estará bien, veras que encontraremos a Stear, y lograremos rescatarlo. Será un viaje largo, pero sé que si estamos juntos venceremos cualquier peligro.

Anthony: Si amor, toda nuestra vida ha estado llena de desafíos, y los hemos vencido, venceremos este también, ¡lo sé!.

Candy: Por cierto Anthony, no me has dicho nada de cómo buscaremos a Stear, por donde empezaremos.

Anthony: Disculpa amor, te explicare, cuando regrese después de recuperarme, quise averiguar qué había pasado en estos años que estuve fuera, todo el mundo estaba feliz de informarme los acontecimientos, pero antes de presentarme como Ian, quise averiguar acerca de la muerte de Stear, no podía conformarme con la idea de enterrar un ataúd vacío, así que busque a la única persona que al igual que yo, estaba deseosa de obtener respuestas, y tu Candy conoces a esa persona.

Candy: ¡YO!

Anthony: Si Candy, hay una chica hermosa, a la que Stear entrego su corazón

Candy: Acaso es ¡Paty!

Anthony: Si, es Paty, el día que regrese a Chicago, fui a visitar la tumba de Stear en busca de algo, alguna señal, y allí frente a mi estaba una linda chica llorando frente a su tumba, solo con verla supe quién era, y toque su hombro, me presente como Ian Brower y fuimos juntos a tomar un café, ella me conto todo lo que sentía y que aunque el estar con su abuela le ayudaba a sentirse mejor, había algo que la mantenía intranquila, así que le dije que la ayudaría en todo lo que pudiera, dinero, buscar si es preciso, así que ella tomo en ese momento la decisión de regresar a Inglaterra y encargarse de todo, a mí me sorprendió, me pareció una chica tímida, pero en sus ojos vi mucho valor y coraje y sobre todo mucho amor por Stear, así que no podía negarle ese derecho, contrate a unos guardaespaldas para que la acompañaran y según se contrató más gente allá para efectuar la búsqueda, y aunque sus padres estaban en contra de todo esto , ella partió sin ningún miedo a Inglaterra y en este momento nos está esperando.

Candy: de verdad que estoy asombrada, Paty está creciendo, me alegra que tenga tanto valor ahora y que su búsqueda lograra tan buena noticia.

Anthony: lo sé amor, y esa también es la razón por la que no estuvo en la boda, o ¿crees que dejaría de invitar a una de tus más grandes amigas?

Una sonrisa de dibujo en el rostro de Anthony, quería infundir en Candy el valor que sabía que necesitaba para lo que se aproximaba.

Candy: si que sabias lo que hacías Anthony, yo estaba tan confundida, mi corazón me decía que eras tú, pero me confundía cuando hablaba contigo, hablabas de cartas que Anthony te escribía, y que me amaste después de leer la primera carta, pero como lograste inventar todo eso.

Anthony: realmente no invente nada Candy

Candy: Pero ¿Cómo?

Anthony: Después de que mi madre murió me sentía muy solo así que le escribía todos los días cartas, para que estuviera enterada de todo lo que me pasaba, era una forma de sentirla cerca, y después de que te conocí, tu estuviste en cada una de esas cartas, todas hablaban de ti, de tus ojos, tu sonrisa, tu valor, todo, y después de escribirlas te amaba más, cuando mi padre me llevo a ser tratado, lo único que pedí es que llevara consigo mis cartas, sabía que que la tía abuela había dado la noticia de mi muerte, y sabía que no podía causar dos veces el mismo dolor, ya que no sabía si sobreviviría, había despertado era cierto, pero no sabía por cuanto tiempo, así que solamente eso le pedí a mi padre, y me lo concedió, cada día leía las cartas, y cada día te amaba más, atreves de ella me diste la fuerza para vencer la muerte, así que Candy te amé desde la primera carta, pero si quería logra que Eliza y Neal fueran descubiertos y tu realmente fueras feliz, tenía que engañar a todos incluso, a quien más amo en este mundo.

Anthony: bueno Candy, creo que ya has preguntado mucho, ahora es mi turno ¿Qué paso con Terry aquella noche?
Candy miro al cielo, las estrellas brillaban con gran intensidad, tomo aire y …


CAPITULO VIII

REVELACIONES II

Candy miro al cielo… Las estrellas brillaban con gran intensidad, tomo aire y entrelazó sus manos con la mano de Anthony con mucho cariño, y la colocó cerca de su corazón lo miro a los ojos con dulzura y le dijo: Esa noche estaba muy nerviosa, retrocedí en el tiempo sabes, y cuando el entro por la puerta, nos abrazamos muy fuerte, ambos estábamos muy felices, nos sentamos y hablamos del pasado, del presente y del futuro, cada cosa, no importando lo pequeña que pudiera ser, creo que durante todo el tiempo que pasamos juntos jamás tuvimos una charla así, siempre pasaba algo, o alguien llegaba a estropear el momento, y después de hablar del futuro nos dimos cuenta de que lo habíamos planeado sin el otro.

Anthony: no entiendo, explícate Candy?

Candy: Amor, es sencillo, cuando tu amas a alguien, tu planeas el futuro junto a él, lo ves contigo en cada momento feliz de tu vida, sabes que estará allí apoyándote, abrazándote cuando lo necesitas, será tu paz en la tormenta, pero con Terry no fue así, después de esa despedida en la nieve, los dos sabíamos que no podríamos estar juntos nunca más, el tomo la decisión de quedarse con Susana a pesar de no amarla, y yo decidí seguir mi camino sin él, y en base a eso planeamos nuestra vida, uno sin el otro. Además yo “conocí a Ian”, y el lleno poco a poco el vacio que sentía en mi corazón, así que no podía dejarte escapar, decidí mucho antes de ver a Terry que deseaba pasar el resto de mi vida contigo, que esta vez lucharía por estar contigo, ¡te amaba!, no iba a dejar que la muerte me separara de ti como me separo de Anthony, ni dejar que una persona me separara de ti como paso con Susana, y sabes, Terry tampoco volverá a cometer el mismo error, el conoció a alguien más, según me dijo era una linda “Terrytana” como él le dice a sus fans, me la describió, sus ojos estaban llenos de alegría, dijo que era era una chica dulce que se había ganado su cariño, a través de todos sus detalles, su paciencia, su dulzura, su incondicionalidad, etc. Así que después de ayudar a Susana a reponerse de su enfermedad, él la dejara y luchara por ser feliz con su pequeña “Terrytana”, en este momento no recuerdo su nombre, pero creo que lo más importante es que sean muy felices.
Anthony: haber mi pequeña pecosa, en aquel momento yo estaba comprometido con Eliza, como pensabas tu luchar contra eso?
Candy. Pues según recuerdo tú me dijiste que me amabas, así que tenía planeado entrar a tu habitación la mañana de la boda, cerrar la puerta y no dejarte salir de allí, también había pensado pedirle ayuda a Albert y Archie para secuestrarte, meterte a un carro, amarrarte y llevarte a la casa de campo y dejarte así hasta que finalizara el día, y así como dice mi amiga Angélica tenía pensado muchas otras cosas para evitar esa boda.

Anthony: bueno, bueno señorita, quien es esa amiga tuya Angélica que te mete esas ideas en la cabeza.

Candy: es una compañera de trabajo, somos muy buenas amigas, pero espérate a conocer a Marleni, Marilyn y Valeska, ya estábamos preparando todo para el secuestro jajajaja, fue muy divertido, hasta arrepentida estoy de que no hayamos podido llevar a cabo jajajaj.

Anthony: Creo que tendré cuidado de tus amigas.

Candy: Deberías, tengo muchas ahora, eso sí, se enojaran porque no las invite a la boda, así que cuando regresemos tendremos que compensarlas.

Anthony: Lo que tú digas amor.

Ambos rieron, había mucho que no sabían aun uno del otro, pero estaba bien, el viaje seria largo y pues eso les daba material para conversar, la noche era fría así que Anthony abrazo a Candy muy fuerte, acercándola a su cuerpo, miraron las estrellas, se sentían tan felices el uno con el otro –señora Brown, creo que es hora de entrar a nuestro camarote, no quiero que te enfermes.

Candy: Como usted ordene señor Brown (este fic es para menores de 18 años, las mayores ya tiene suficiente imaginación para saber que paso jajaja).

Cuando Anthony y Candy entraron al barco, una sombra salió de la oscuridad donde se hallaba escondida, miro las estrellas como hacía rato lo habían hecho Candy y Anthony, las lágrimas corrían por su rostro, pero en sus ojos había algo más que dolor, había cólera, había odio, había resentimiento, no podía verse su rostro, ya que estaba cubierto por una bufanda, pero si, se escuchó una voz que dijo: en Londres al fin podre poner fin a este dolor.

En Broadway Terry efectuaba una de sus más asombrosas representaciones, cada día era mejor actor, su estrella resplandecía como nunca antes, Susana lo miraba, como siempre, ella lo acompañaba, era una forma de sentirse en escena, ya lograba mantenerse de pie, gracias a una prótesis que recién se había inventado, pero aún se le hacía difícil caminar normalmente, se hallaba absorta en la escena, cuando el señor Hataway le dijo que había un paquete para ella en el camerino de Terry, el cual venia de Europa.

Susana se puso pálida, sus manos estaban temblorosas, se dirigió tan rápido como pudo al lugar indicado y a la vista estaba el paquete mencionado, se sentó sobre la silla y lo abrió tan rápido como pudo, dentro de él estaba un cofre, ella lo reconoció de inmediato, lo abrió y dentro encontró fotografías de él, y una carta, la leyó, había esperado por esa carta tanto tiempo que sin darse cuenta se había refugiado en Terry para olvidarlo, no podía creerlo, por fin se había dignado a escribirle, la leyó nuevamente, sus sentimientos se volvieron cada vez más claros, y sin más ni más, tomo su bolso y se fue.

Terry termino su actuación y busco a Susana por todos lados, y supuso que se había retirado a la casa, como siempre se quedó con sus compañeros para celebrar el éxito de la obra, luego decidió irse a casa, ¡no tenía a donde ir!, cuando abrió, no había nadie, eso era muy raro, pero busco a Susana en su habitación, tampoco estaba allí, ¡pero momento!, tampoco estaban sus cosas, su ropa, sus joyas, su maquillaje, no había rastros de ella en ningún lugar, Terry estaba a cada momento más desconcertado, -donde demonios se metió esta mujer-, dijo, aunque la verdad hubiera deseado ver es escena mucho antes, bueno se dijo, me voy a descansar ya aparecerá. Entro a su habitación y sobre la cama había una pequeña nota dirigida a él, por la letra supo que era de Susana.

Querido Terry:

Sé que si esto hubiera pasado antes, ahora serias feliz con tu pequeña tazan pecosa, pero lo lamento, lamento haber tardado tanto, hoy recibí algo que me hizo entender lo mala que había sido contigo, ya que trate de ver en ti al hombre que amo, si Terry, hace muchos años conocí a un chico alemán y me enamore de él perdidamente, él era un piloto aviador, un día recibió la orden de regresar a su país y me dejo aquí sin un adiós, en ese momento de desesperación te conocí y trate de verlo en ti, pero que equivocada estaba, no te le pareces en nada, ahora sé que lo sigo amándolo a él, y que tal vez nunca vuelva a verlo, pero te dejare libre a ti para que seas feliz con tu pequeña “terrytana”, que nombre más raro el que tiene, así que mejor le digo como tú le dices, creíste que no me había dado cuenta, bueno te quite una vez la oportunidad de ser feliz y creo que sería un verdadero gusano si te la quitara nuevamente, Terry se feliz, y si alguna vez nos volvemos a ver, te doy permiso de insultarme al final sé que lo merezco.

Terry se sintió furioso, dijo de todo lo que se le ocurrió, luego comenzó a reír, se dirigió hacia la puerta, la abrió y dijo gritando, no te preocupes Susana que voy por ella, seré totalmente feliz, y cerró la puerta gritando ¡¡¡VOY POR TI ……!!!

Ya era de día, Stear no sabía cuantos días habían pasado en esa prisión, tenía hambre, frio, podían haber pasado 10 días, tal vez uno, el tiempo es eterno cuando la muerte lo persigue a uno, pensaba Stear. Un soldado abrió la puerta dejándolo salir y le señaló un lugar, – ¿ahora qué? – se preguntaba Stear. Caminó lentamente, estaba cansado, las rodillas le dolían, no se había podido parar normalmente por mucho tiempo. Cuando llego al lugar supo lo que pasaba, le dieron instrucciones de parase frete a esos soldados quienes le apuntaban con sus armas, -no lo puedo creer- pensó, -de esta nadie me salva- mientras que el pelotón recibía las siguientes instrucciones:

¡PREPAREN!

¡APUNTEN!

.............













CAPITULO IX
¡¡¡PELIGRO!!!

¡PREPAREN!

¡APUNTEN!

¡FU….

El capitán no pudo terminar de decir estas palabras, ya que un estruendo se escuchó cerca de allí, y el suelo tembló bajo sus pies, dirigieron su mirada al lugar de donde provenía la explosión, era en el hangar, luego en el aire, se observó una flota de aviones aliados, “estaban siendo víctimas de un ataque”.

El ejército alemán, rápidamente tomo posiciones, los aviones estaban destruidos casi en su totalidad, así que solo les quedaba la defensa terrestre.

Stear no podía creerlo, otra vez se había salvado de la muerte, corrió lo más rápido que pudo para esconderse, y diviso el lugar de la salida, era arriesgado, no había como cubrirse, y seguro seria víctima de disparos, pero tenía que intentarlo, se lo debía a Hardy, él había perdido la vida por cumplir su palabra, se lo debía a sí mismo, no quería morir prisionero, sino lo intentaba ahora, jamás saldría de aquel lugar.

Corrió con todas sus fuerzas, podía escuchar los silbidos de las balas, pasaban cerca de su cabeza, pero no era el momento de temer, no era el momento para dudarlo, su libertad estaba frente a él y esta vez no podía darse el lujo de quedarse sentado y esperar que fallaran nuevamente, así que corrió, corrió y siguió corriendo, caía al suelo, pero se levantaba rápidamente, corrió hasta que sus pies sangraron, y aun así siguió corriendo, ya no podía más, esta vez cayó al suelo pero su cuerpo ya no le permitió levantarse, solo en ese momento vio hacia atrás, ya no podía ver el campo enemigo, nadie venia tras de él. Sintió húmedo su hombro, y al bajar la mirada, vio sangre, lo habían herido, su camisa estaba totalmente cubierta de aquel líquido, y cayo desmayado en medio del camino.

Habían llegado a Londres, Candy y Anthony bajaron del barco y frente a ellos estaba Paty, luciendo una hermosa sonrisa, estaba feliz de ver a su amiga otra vez, realmente no esperaba ver a Candy, era una agradable sorpresa, pero lo que la hacía más feliz era saber que no estaba sola en esta cruzada a la que se enfrentaba por voluntad propia.
Candy la abrazo con fuerza y luego le presento a su esposo.

Candy: Paty creo que ya conoces a mi esposo, él es Anthony Brower, bueno tú lo conociste por Ian, es una larga historia así que vamos a un lugar a tomar algo y te la cuento.

Paty saludo a Anthony y le agradeció todo el apoyo que le había dado y en especial el haber llegado tan rápido.
Los tres se dirigieron a un café cerca de allí, y Candy le conto toda la historia a Paty quien la miraba emocionada, no se perdía ni un detalle, mientras Anthony miraba por la ventana, había visto un rostro familiar a fuera del café, pero no podía ser, ¿Qué estaría haciendo allí? Y sobre todo, ¡eso sería algo imposible!

Candy codeo a Anthony para que se uniera a la conversación y así que entre los tres empezaron a idear el plan de búsqueda y rescate de Stear.

Anthony: bueno antes de venir hable con mi padre, como saben él es capitán y gracias a eso conoce a muchas personas en el ejército, me dio un listado y el mismo hablo con ellos. Pero antes que todo Paty, me mostrarías la carta de Stear.
Paty le entrego la carta a Anthony, en el papel se notaba las veces que había sido leído y las lágrimas habían casi borrado algunas palabras, Paty solo sonrió y bajo la mirada, Anthony tomo la mano de Paty para hacerle saber que la comprendía.

El empezó a leer la carta, y a las lágrimas de Paty y Candy se unieron las de Anthony, era muy difícil, Candy escuchaba cada palabra, callada, esa sin duda era la letra de Stear, no hay duda, él está vivo.

Anthony: Bueno lo primero que debemos a averiguar es de donde vino la carta, así sabremos cual es el área donde empezaremos la búsqueda, señorita y señora, será peligroso, así que necesitamos toda la ayuda posible.

Paty: Bueno como tú me dijiste Anthony desde que vine contrate guardaespaldas y muchos de ellos son ex militares, les hable de la situación y pues ellos se encargaran de buscar más personas cuando sepamos la ubicación de Stear.

Candy: Excelente Paty, como siempre eres muy inteligente, ahora vamos a las oficinas del ejercito inglés y empecemos la búsqueda.

Paty: Pero no quieren descansar, ha sido un largo viaje.

Candy: no te preocupes Paty, ambos venimos a encontrar a Stear y no descansaremos hasta que esté aquí con nosotros.

Anthony: Así es Paty, mi primo se merece todo nuestro esfuerzo, y eso vamos a darle.

Los tres salieron del lugar, su destino, las oficinas del ejército. Esperaron el carruaje que los llevaría, de repente, tras de ellos un carruaje se aproximaba a toda velocidad, estaba cerca, muy cerca, alguien venia conduciendo rumbo a nuestros amigos, detrás de ellos estaba un muro, y frente a ellos la calle llena de carruajes y vehículos, Anthony miraba hacia todos lados buscando una salida, se colocó delante de las damas, sabía que eso no las protegería de lo que se aproximaba, pero debía intentarlo, su vida por la de Candy se repetía, Candy y Paty quedaron inmóviles, era un callejón sin salida, se escuchaba el tronar de los cascos en el suelo, el relinchar de los caballos, Anthony corrió hacia el único lugar donde podía hacerlo, hacia el carruaje que venía contra ellos y entonces…

Stear despertó, estaba en una pequeña casa, podía ver desde donde estaba que había otra habitación y nada más, la ventana estaba muy arriba y él estaba demasiado cansado para esforzarse por alcanzarla, su hombro estaba vendado, miro hacia todos lados, ¿dónde estoy? Preguntaba, cuando de la habitación contigua salió una chica que le dijo: No te preocupes, estas con amigos, solo no hagas ruido, porque los enemigos se apoderaron de nuestro pueblo.


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"COMO UNA PESADILLA"  (FIC ANTHONY BROWER) Empty Re: "COMO UNA PESADILLA" (FIC ANTHONY BROWER)

Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 8:14 pm


CAPITULO X

UNA LUZ

Anthony corrió hacia el único lugar donde podía hacerlo, hacia el carruaje que venía contra ellos, muy ágilmente se colocó a lado derecho de uno de los caballos, sujetándose del arnés y de un brinco se subió, estando arriba lo dirigió hacia la calle, alejándolo así de Candy y Paty, quienes miraban asombradas la agilidad que Anthony poseía. Al llegar a la calle un auto choco contra el coche lanzando por el aire a Anthony quien cayó, golpeando el piso fuertemente, el conductor del carruaje también golpeo el suelo, Candy corrió hacia donde se encontraba Anthony, el yacía inconsciente en el piso, ella no podía creerlo, las imágenes de aquel día de cacería cruzaron por su mente, sus lágrimas caían sin consuelo, ¡no puede ser! Decía Candy ¡despierta por favor! ¡No me dejes, no otra vez! Sujetando a Anthony de la camisa, lo levanto hacia ella, el no se movía, no podía sentir su respiración, la desesperación era inmensa, Paty observaba tras de Candy la escena, ella estaba desconcertada, inmóvil, en ese instante Candy sintió como una mano la sujetaba de la cintura y suavemente subía hacia sus espalda, ella se asustó, pero sus emociones cambiaron radicalmente cuando se dio cuenta de que era la mano de Anthony la que la sujetaba, al fin había despertado, ¡él está vivo!, ¡estaba bien!, ella lo abrazo con fuerza, no quería soltarlo, ahora sus lágrimas eran de alegría, podía ver el azul de sus ojos otra vez, la escena era observada por todos los peatones y ese momento fue aprovechado por el malvado conductor para escapar, el también estaba lastimado, cojeaba, traía el rostro cubierto, nadie pudo identificarlo.

Anthony se levantó del suelo con ayuda de Candy, estaba aturdido, pero no parecía haber recibido una herida grave, Anthony sonrió mirando a Candy.

Anthony: Disculpa amor por el susto que acabo de darte, pero no podía permitir que te pasara nada, debía hacer algo y eso fue lo único que se me ocurrió.

Candy: No vuelvas a hacerlo, o yo misma te dejare inconsciente, no soportaría vivir sin ti ahora que te recupere, te amo tanto, que si te pierdo esta vez me perdería contigo.

Anthony: No digas eso, sabes que Te amo y esta vez no te dejare, la muerte no puede separarme de ti, no entiendes nuestra unión es eterna, ¡¡¡no llores por favor pecosa, eres mucho más linda cuando ríes!!!
Candy no pudo evitar sonreír, esas palabras la hacían estremecer, recordaba ese día frente al portal de las rosas, ahora Anthony no era un niño, era un adulto, aún más atractivo que antes, verlo a él, era como ver un ángel con todo su esplendor, su rostro reflejaba paz, su sonrisa la llevaba al cielo, y sus ojos, sus hermosos ojos azules la llevaban más allá del firmamento, no podía dejar de mirarlo sin evitar suspirar enamorada, lo abrazo fuertemente, no quería soltarlo, no podía, se colocó de puntillas tomándolo por el cuello y acercando su cabeza a ella y lo beso tiernamente, besarlo a él era dulce, era como estar en el paraíso, sus labios eran suaves, su aliento como la primavera, quería perderse en él, no salir de ese instante maravilloso.


Stear trato de levantarse de la cama, pero la chica se lo impidió,- te dispararon y perdiste mucha sangre, aparte tienes casi destrozados los pies, debes descansar, no te preocupes por el momento aquí estarás seguro- él la miro, se dio cuenta por su mirada que estaba seguro, así que se acomodó nuevamente en la cama.

Stear: Gracias por ayudarme, pero puedo hacerte algunas preguntas, me das permiso de hacer eso?
La chica miro a Stear y no pudo evitar sonreír, lo vio y asintió con la cabeza.

Stear: Primero que nada, mi nombre es Alistear Cornwell, pero mis amigos me dicen Stear, así que mi salvadora tiene más derecho que cualquiera de llamarme así. ¿Cómo te llamas?

Ella lo vio sonriente, no podía evitarlo, él de verdad era algo cómico. Mi nombre es Kilia Devecker, mucho gusto.
Stear: Igualmente Kilia, podrías informarme donde estoy, desde que fui apresado por los alemanes, me han tenido de aquí para allá, realmente no sé dónde estoy ni cómo está la situación afuera.

Kilia entristeció de repente, algunas preguntas eran dolorosas de responder, bueno Stear dijo ella, en este momento estas en Bélgica.

Stear: ¡Bélgica! ¿Pero cómo? Bueno no me respondas, el cómo, ya me lo imagino, y sonrió.

Kilia no cambio su gesto de tristeza y continuo su relato – Bueno hace un mes llego una carta de mis padres, yo vivía en Estados Unidos, de donde supongo eres tú, me pedían que regresara porque la situación se complicaba y necesitaban ayuda, y así fue como te encontré, yo venía a reunirme con mis padres, estabas en el camino, muy herido, supe que eras un soldado aliado por tu uniforme y sabía que sería peligroso traerte con ese tipo de ropa, así que me tome el atrevimiento de cambiar tu atuendo y llegamos, para todos allá afuera eres mi primo y les dije que eras sordo, porque supongo que no hablas mi idioma nativo.

Stear no pudo evitar enrojecer al escuchar que una chica había cambiado su ropa, las demás palabras fueron como un susurro, fue en ese momento cuando se dio cuenta que ya no tenía puesto su traje militar. Qué vergüenza pensaba Stear, que diría la tía abuela si se enterara de ello.

La chica lo vio y se dio cuenta del sonrojo, volvió a sonreír, era inevitable, con la cara que Stear había puesto, no te preocupes le dijo, soy doctora y créeme esta no fue la primera vez que cambio a un chico, así que no tienes porque ruborizarte.

Stear solo inclino la cabeza y cambio la conversación para no sentirse más apenado aun.

Stear: Entonces tus padres también viven aquí contigo?

Stear se mordió los labios, se dio cuenta de que había hecho la pregunta equivocada.

Kilia: Ellos ya no están aquí, están muertos.

Stear: Pero si tu regresaste para ayudarlos, como…?

Kilia: Cuando entre a la ciudad la escena era deprimente, hable con uno de los vecinos de mis padres y me conto lo que sucedió, hace más de un mes, el líder alemán envió la petición de rendición a nuestro pueblo, ellos se negaron a rendirse y los habitantes se armaron para defenderse, los alemanes eran más hábiles, traían armamento y empezó la batalla, como castigo mataron a 645 personas inocentes, hombres, mujeres y niños, fue una masacre, entre ellos estaban mis padres, yo llegue muy tarde, las lágrimas de Kilia empezaron a salir.

Stear hizo un esfuerzo por levantarse y abrazo a Kilia fuertemente, no podía imaginar lo que ella sentía, imaginar como la guerra podría traer tanto dolor, tanto sufrimiento a gente inocente. Kilia abrazo a Stear de igual manera, desde que llego se había sentido sola, pero ahora tenía un amigo, una pequeña luz.

Alguien toco a la puerta, y se pronunciaron las siguientes palabras:

Abran, el ejército alemán está inspeccionando el vecindario!!!
CAPITULO XI

IRONIA

- ¡Abran la Puerta!

Fueron las palabras del soldado alemán antes de derribar la puerta de una patada. Seguido de otros 6 soldados que hicieron dar un brinco a Kilia y alejándose de Stear se dirigió a donde se encontraban.

- ¡Registren la casa! ¡Busquen documentos, armas, o cualquier cosa sospechosa!

Uno de los soldados gritó: ¡Señor encontré a un hombre herido acá atrás!.

- ¡Papeles!

Gritó el que soldado que parecía de mayor rango, en la cara de Kilia, mientras otro soldado arrastraba a Stear hasta la sala, donde se encontraba todos.


Mientras tanto en Inglaterra, un policía arrestaba a Anthony, acusándolo de ser el conductor imprudente del carruaje. Era una gran confusión entre testigos que afirmaban que Anthony había sido visto encima del carruaje, otros decían que lo vieron en uno de los caballos, mientras que Candy y Paty, no lograban explicar a la policía los sucesos, al punto de convencerlos de que Anthony era inocente.

- Nos lo llevamos hasta que todo se esclarezca.

Dijo uno de los policías a Paty y Candy, quienes estaban aterrorizadas de ver a Anthony ser subido a la carrosa de los carceleros, en vez de ser llevado con un doctor para ver que estuviera bien.

Paty decidió regresar rápidamente a la mansión de su familia y buscar una forma de sacar a Anthony de ese predicamento.

En la mansión, mandó a llamar a los guardaespaldas:

Paty: Señores, tenemos un grave problema, la policía a capturado a Anthony, debemos encontrar una forma de liberarlo, y de descubrir quién es la persona que desea nuestra muerte.

Guardaespaldas: Señorita Paty, el día de hoy algo sospechoso paso frente al portón de la mansión, un carruaje, se ubicó frente a él, fuimos a preguntar que se les ofrecía y cuando uno de nosotros se acerco cautelosamente un oficial al parecer de la policía grito ¡en marcha! Justo al momento que usted salió para ir por sus amigos..

Guardaespaldas 2: Si señora, a mí me pareció que ese no era un policía realmente, pero ya era tarde para detenerla a usted e informarle.

Candy: Dígannos por favor como era ese policía y el carruaje que usaba.

Los dos guardaespaldas dieron las descripciones pedidas por Candy y no podían creerlo, ese era el carruaje que el conductor lanzo contra ellos y el policía, el mismo que se había llevado a Anthony cautivo. Ellas salieron de la casa rápidamente rumbo a la comisaria, esta vez sus guardaespaldas las acompañaban, estaban seguras del inminente peligro. Candy sentía que el camino era largo y eterno.

Kilia: Por favor Señor, tengan piedad, mi primo quedó sordo por una bomba que estalló cuando el trataba de ayudar a mi difunta madre mientras sus soldados masacraban a todo el pueblo.

Los soldados inclinaron la cabeza, esa era una hazaña de la que no se enorgullecían, pero al final su trabajo y su deber era defender al país en contra de cualquier enemigo, no importa quien fuera.

Soldado: ¡Entonces su madre era insurgente! Levantando el rostro, mostrándose frio.

Kilia: No señor, mi madre venía de dejarle el almuerzo a mi Padre cuando el pueblo se levantó en armas. Mi padre fue asesinado por la gente del pueblo, por no querer levantarse contra el ejército invasor, para defender a su país, y mi madre quedó herida en medio de la multitud después de que vio fallecer a mi padre, mi primo vivía cerca de donde mi padre trabajaba, y …

Kilia ya no sabía que inventar para que dejaran a Stear.

Un soldado cae de repente ante los ojos atónitos de todos los presentes… Y luego otro más cae de igual forma, mientras convulsionan en el suelo y salía espuma por sus bocas…

- Que nos has hecho mujer?

Le preguntaba el soldado a Kilia mientras le daba una bofetada.

¡No sé! Respondió ella, pero soy médico, deje ayudarles, y tirándose sobre el soldado que estaba más cerca comenzó a procurar curarlo.

Kilia: Algo para que no se muerdan la lengua y pongan al otro soldado de lado. ¡Rápido!, ¡soy doctora, por eso yo cuido a mi primo!, deme ese balde señor, por favor deme ese balde, estos síntomas son de envenenamiento por ingesta.

Mientras Kilia tomaba el balde y un lienzo, el jefe de la patrulla alemana, miraba a la mujer correr hacia afuera. Su cara sudaba, y sus manos comenzaban a temblar, tomó su Lugger, y apunto hacia la muchacha que salía de la casa. Le costaba hablar, y con visión borrosa, dijo:

-¡En nombre del segundo Reich Deténgase!

Y disparó, mientras Stear caía al suelo viendo como también Kilia y el soldado se desplomaban frente a sus ojos.


En la estación de policía central de Londres:

Candy: Venimos a ver a alguien que arrestaron hoy por la tarde!

Oficial de Policía:¿hoy por la tarde? Cuál es el nombre del prisionero, y que cargo se le imputa?

Candy: Anthony Brower, y lo han traído, tras un atentado con un carruaje donde él y nosotras somos las víctimas.

Oficial de Policía: Señorita, disculpe, pero hoy no hemos recibido personas capturadas, y no tengo a ningún Anthony Brower entre mis registros.

Candy: ¿Se habrá puesto mal y lo llevaron directo al hospital?

Oficial de Policía: Si él no era potencialmente peligroso, entonces, puede que sí, pero no le puedo dar seguridad de tal hecho hasta no tenerlo en los registros oficiales, señorita.

Guardaespaldas: Señora afuera en un carruaje hemos visto al oficial que buscamos, salgan rápido.

Candy y Paty salieron corriendo de la estación y observaban como el carruaje se alejaba, mientras un rostro conocido salía por la ventana de aquel, Candy se quedo paralizada, ¿no era posible? ¿Qué hacia ella allí?, ahora sabia que Anthony estaba en verdadero peligro.

Paty: ¡Denle alcance! ¡Es de vida o muerte!



CAPITULO XII

SIN SALIDA

Anthony fue empujado dentro del coche por uno de los policías, el estaba confundido, como era posible que ahora el sea encontrado culpable de lo ocurrido, algo no estaba bien, pero debía obedecer o las cosas se pondrían peor, se colocó frente a la ventana y vio como este se alejaba de Candy, era frustrante para él, tenía que encontrar a Stear, no sabía cuánto tiempo él podría estar con vida y ahora su búsqueda era detenida, acababa de llegar a Londres y había tenido más problemas de los que había tenido durante toda su vida, se recostó en el respaldo tratando de pensar como saldría de esto, cuando escucho la conversación de los conductores.

Conductor 1: A donde lo tenemos que llevar?

Conductor2: Ella solo dijo que necesitaba arreglar unas cuentas, así que tendremos que llevarlo a la casa, lo bueno es que este tonto piensa que está siendo llevado a la estación de policía, no sabrá lo que le paso, jajajajaja.

Anthony no podía permitir ser llevado a ese lugar, jamás pensó que ella fuera capaz de algo así, pero bueno, al final parece ser que era parte de su sangre el ser malvada, se quedo sentado, pensando cómo podría salir de este enredo.

Kilia cayó al suelo frente a los aterrados ojos de Stear, había visto morir a sus amigos, pero nunca pensó que una mujer fuera víctima de algo así, trato de arrastrase hasta donde esta ella, le dolía, pero tenía que llegar y ver si estaba viva, en ese momento Kilia se levantó del suelo muy despacio, mirando para todos lados, cuando vio a Stear arrastrarse por el suelo, ella corrió a levantarlo, todos los soldados estaban desmayados, lo vio a los ojos y le dijo: - no te preocupes, cuando escuche la detonación me tire al suelo, que bueno que el soldado tenga mala puntería-, y rio tratando de reconfortar a Stear, le ayudo a levantarse y lo coloco nuevamente sobre la cama y corrió a ayudar a los soldados alemanes, ella era Doctora y juro que curaría al enfermo y así lo hiso, en ese momento llego otro soldado, este era un teniente coronel del ejército alemán, vio como sus hombres yacían en el suelo, y por sobre todo como una bella mujer belga los atendía con cariño, se quedó parado observándola, cuando ella se percató de su presencia se alejó de los enfermos y se colocó frente a la pared.

Teniente coronel: Digame que ha pasado aquí?

Kilia: Al parecer sus soldados comieron algo y se enfermaron. Dijo ella mirándolo a los ojos.

Teniente coronel: Esta bien, síguelos atendiendo, yo me quedare observando lo que hace.

Realmente era una excusa para verla a ella, las seguía con la mirada, memorizando cada uno de sus rasgos, Kilia podía sentir como era observada, eso la hacía sentir apenada, y un poco enojada. Al fin los soldados recuperaron el conocimiento, el teniente le dio instrucciones a Kilia de cuidarlos hasta que estuvieran bien y le advirtió que era responsable de su salud. Realmente era una excusa para poder verla nuevamente. Tan absorto estaba en Kilia que no se dio cuenta de que Stear lo observaba.

Al salir el teniente, Kilia sintió un gran alivio, por lo menos habían salido con vida de ese incidente, dejo a los soldados descansando y se acercó a Stear.

Stear: Kilia te diste cuenta cómo te miraba ese teniente.

Kilia: Claro que lo note, pero no podía hacer nada, por lo menos no dijo nada sobre ti, y estaremos a salvo mientras los soldados estén bien.

Stear: y crees que se recuperaran?

Kilia: Por suerte si lo harán, sino ahorita estaríamos acusados de matar a 6 soldados alemanes y tú ya sabes el castigo para eso.

Stear sabía que Kilia tenía razón, pero le preocupaba el teniente, no sabía qué clase de persona era en verdad, pero podía entender porque se sentía atraído por ella, era imposible no sentirse así.

El carruaje se alejaba de la ciudad, todo se estaba poniendo oscuro, Anthony empezó a quejarse, la cabeza parecía estallarle, era terrible, estaba gritando, parecía que estaba muriendo, así que los secuestradores bajaron del carruaje, era imposible no ponerle atención a semejante sonido, uno de ellos quito el seguro de la puerta, en ese momento Anthony golpeo la con fuerza, había estado fingiendo aquel dolor y mientras los conductores bajaban coloco sus brazos sobre los asientos dejando sus dos piernas libres para empujar la puerta en el momento justo, y así sucedió, el golpe fue tan fuerte que aventó a los hombres al suelo, ese momento fue aprovechado por Anthony para golpearlos hasta dejarlos inconscientes sobre el suelo, los metió en el carruaje y cerro colocando el seguro nuevamente, antes de irse les dio un mensaje para ella: -Díganle que no será tan fácil como imaginó, ahora ya sabemos contra quien nos enfrentamos-. Anthony se alejó del carruaje y se dirigió a la ciudad nuevamente.

Paty: ¡Denle alcance! ¡Es de vida o muerte!

Los guardaespaldas siguieron el carruaje muy de cerca, los perseguidos se dieron cuenta de la cacería así que apresuraron el paso, se alejaron de la ciudad, desafortunadamente un rebaño de ovejas se atravesó interrumpiendo el paso de los guardaespaldas de Paty, perdiendo así de vista a los malvados, en ese momento uno de ellos escucho unos pasos…

Ya era de día, Kilia había pasado la noche en vela cuidando de los soldados, Stear ya se encontraba mucho mejor, podía caminar y la herida ya no le dolía, el Teniente apareció en el dintel de la puerta, se acercó a Kilia y tomando su mano la beso, ella se quedó estática, no esperaba eso de un alemán. Este miro a Stear con ojos celosos.

Teniente: Disculpen lo ocurrido el día de ayer, la situación ya está aclarada ahora y estoy muy agradecido por los tratos que les han dado a mis hombre, quiero presentarme mi nombre es Mathias Owerryn, y como ya saben soy el Teniente Coronel del destacamento Alemán.

Kilia inclino la cabeza y se presentó a ella y a su primo, informo al teniente que Stear era sordo y que por motivos de enfermedad él vivía con ella. El teniente vio nuevamente a Stear y la mirada cambio, parecía estar más tranquilo.

Teniente Owerryn: he informado a mis superiores de lo sucedido en esta casa y del servicio que prestó al salvar la vida de mis hombres, así que debido a la situación en la que nos encontramos deseamos pedirle que nos acompañe como parte de nuestro ejército, claro está como doctora de el.

Kilia y Stear no esperaban esa invitación, a pesar de la amabilidad del Teniente al pedir aquello sabían que un negativa no era opcional, ella se dio la vuelta, no sabía que decir, Stear deseaba romperle la cara al Teniente, como podía pedirle a una mujer que fuera a la guerra, eso podía significar la muerte de Kilia.

Teniente Owerryn: Se que lo que pido es difícil, pero le aseguro que todo el tiempo estará a mi cuidado y que nada le pasara, preferiría morir a verla sufrir de algún modo.

Stear se mordía la lengua. Que mentiroso era ese hombre, por la forma en que la veía sabía que lo único que quería era la compañía de Kilia y aprovecharse de ella. Stear tomo la mano de Kilia, para hacerle saber al teniente que ella no estaba sola.

Teniente Owerryn: Bueno, la dejare para que lo piense, mañana salimos con rumbo a Francia y espero saber su respuesta antes del amanecer.

El teniente dio la vuelta y se llevó con él a sus hombres, dejando en la puerta de salida a dos de ellos para asegurarse de que Kilia no escapara.

Stear se sentó en el sofá de la sala tratando de encontrar la manera de salvar a Kilia, se levantó y vio por la ventana a los guardias parados frente a la puerta de salida.

Kilia lo miro y le sonrió.

Kilia: bueno querido primo, creo que es el momento de despedirnos.

Stear: eso quiere decir que vas a ir con él.

Kilia: no me ha dado muchas opciones, los guardias en la puerta lo dicen todo, pero no te preocupes, tu podrás quedarte aquí, la mayoría partirá para Francia y tu podrás escapar sin ningún problema.

Stear: Como puedes sugerir tal cosa, no podría dejarte ir sola, ese teniente no me inspira confianza y además es peligroso para ti.

Kilia: conozco los riesgos pero a diferencia de mí, a ti te está esperando una dulce chica y no debes defraudarla.

Stear: Que crees que pensara ella cuando se entere que te abandone, además aunque ella aprobará dicha acción va contra mis principios, no te dejare ir sola, además tú también debes tener a alguien que te espere en Estados Unidos.

Kilia: Mi padre y madre era toda mi familia, en Estados Unidos no tengo a nadie más.

Stear: Entonces porque vivías allá?

Kilia: Fui a buscar a un buen amigo.

Stear: Por un amigo hiciste un viaje tan largo?

Kilia: Bueno, el es muy especial para mí, lo conocí hace ya más de dos años en África, fui como voluntaria y me asignaron a trabajar con él, la única razón por la que fui a América era porque quería verlo otra vez, pero me di cuenta de que nunca lo encontraría, solo se su nombre y nada más.

Stear: Kilia te ayudare a encontrarlo, te lo debo primita, bueno, eso significa que ambos tememos razones para salir vivos de esta. Ambos rieron, ya eran más de las 3am. Habían hablado casi toda la noche sin sentirlo, cuando los pasos fuertes del Teniente se escucharon afuera de la habitación.

Teniente Owerrin: ¡¡¡Vengo por la respuesta!!!!









CAPITULO XIII

BUSCANDO LA LIBERTAD

Los guardaespaldas de Paty escucharon unos pasos, desenfundaron sus armas, y apuntaron en dirección del sonido, allí estaba un chico alto de ojos azules, preguntando cómo podía llegar a la ciudad. Ellos le indicaron el camino y le ofrecieron llevarlo, a Anthony le pareció que esos tipos eran algo sospechosos, pero ya estaba cansado de caminar, había pensado que sería mejor llevarse el carruaje en vez de dejar a los secuestradores dentro de él, pero sabía que eso podría ocasionar otra confusión, no sabía la procedencia de aquel vehículo, esta vez decidió ir acompañando al conductor, quien le pregunto a donde se dirigía, al escuchar la dirección supo que este hombre era Anthony Brower, a quien buscaban, le comunicaron que ellos trabajaban para Paty y que inmediatamente sería llevado a la casa junto a su esposa, que feliz se sentía Anthony, por lo menos tendría una noche tranquila junto a Candy.

Teniente Owerryn: ¡¡¡Vengo por la respuesta!!!!

Fueron las palabras poco corteses del teniente, Kilia lo vio directamente a los ojos, ella quería demostrarle que no le tenía miedo, y le dijo – si, voy a ir, pero mi primo viene conmigo, de lo contrario sería mejor que me matara ahora mismo–

El teniente vio a Kilia, eso no era parte de sus planes, pero verdaderamente deseaba su compañía así que no le quede más que aceptar.

Teniente Owerryn: Esta bien como usted diga, los espero a las 5am en la plaza del pueblo. Dando media vuelta se fue de aquel lugar.

Stear: me alegra que aceptara, ya en el camino pensaremos en algo que nos ayude a escapar.

Kilia: Estas seguro de que quieres acompañarme? Pienso que sería mejor para ti quedarte aquí, ya has arriesgado tu vida por mucho tiempo.

Stear: no te preocupes primita, se lo que hago, además no puedo permitir que ese teniente te ponga una mano encima, desconfió de él, eso ya lo sabes, has hecho mucho por mí, ahora deja que haga algo por ti, veras que saldremos de esta, solo necesitamos tiempo, una vez en Francia pensaremos como escapar a través del puerto. Sé que suena arriesgado, pero en el camino pensaremos en los detalles.

Kilia vio la convicción en los ojos de Stear y ambos empezaron a empacar lo necesario, realmente no era mucho, ambos tenían poco tiempo de haber llegado, y las 5am. estaban en la plaza, donde estaban siendo esperados por el Teniente quien sonreía complacido por ver a Kilia allí.

Teniente Owerryn: me alegra que sean tan puntuales, acompáñenme les presentare a mis soldados.

Ambos caminaban atrás de él, cuando vieron a ese ejército, todos muy jóvenes, al unisonó saludaron al Teniente y con atención escucharon las instrucciones.

Teniente Owerryn: Antes de partir quiero presentarles a la Doctora Devecker, nos acompañara en el viaje a Francia, así que todos deben tratarla con respeto, cualquiera de ustedes que la trate mal será castigado, quedando advertidos, nos marchamos.

Los soldados observaron a Kilia, realmente es una chica hermosa se decían entres si, será difícil concentrarse con semejante belleza acompañándonos. Stear miro a los soldados y abrazo a Kilia, demostrando asi que no estaba sola, su mensaje fue captado por aquellos que observaron cómo un hombre alto y fuerte tomaba a Kilia por el brazo y la sacaba de allí.

Anthony por fin llego a la mansión de Paty, corrió buscando a Candy por todos lados y cuando la encontró la abrazo fuertemente, besándola como si hubieran pasado años desde la última vez que lo hiso.

Candy: Me alegra que estés bien, estaba muy asustada y más cuando la vi a ella.

Anthony: La viste?

Candy: Fuimos a la comisaria a buscarte y uno de los guardaespaldas vio a ese sujeto en un carruaje, salí y la vi a través de la ventana, no puedo creer que este aquí, y que este causándonos tantos problemas.

Anthony: Lo sé, pero debemos ahora estar prevenidos, no sabemos de qué forma ella nos atacara esta vez.

Anthony estaba preocupado, como era posible que ahora quien le diera tantos dolores era ella. Anthony llamo a todos los que trabajaban en la casa, les ordeno cuidar a Candy y Paty, no deben dejarlas solas por ningún motivo, mañana debemos encontrar información sobre la carta, de dónde provino, no debemos esperar más, el tiempo está en nuestra contra.

Kilia y Stear fueron asignados a uno de los camiones que previamente fue equipado para funcionar como hospital, el Teniente se ofreció como piloto de este, aunque lo frustraba el hecho de que el primito de Kilia no la dejara sola ni un momento, trataba de hablar pero ella solo respondía con un sí o un no vacío, sin sentimiento, estaba cansándose de ello, apenas empezaba el viaje, así que tenía que encontrar la manera de quedarse solo con ella.

Los días pasaron y Anthony al fin encontró el lugar de donde fue enviada la carta, busco a Candy y Paty y les informo que tendrían que viajar, debían empacar rápido y livianamente, sería un viaje largo y peligroso así que no debían apartarse del grupo, era el momento que habían esperado.

Esbirro: Disculpe que la interrumpa, al parecer ellos ya encontraron el lugar donde posiblemente estará Stear.
Ella: Muy bien, debemos seguirlo, saben que estoy aquí, así que esta vez no habrá sutilezas, serán ellos o nosotros.

Esbirro: Pero señora?

Ella: Cuando aceptaron este trabajo sabían de los peligros, además por ello les estoy pagando más de lo que debería, así que prepárense nos marcharemos en este instante, ellos no saldrán vivos de esta!!

Los soldados alemanes llegaron a Dunkerque, fue un viaje cansado para ellos, especialmente para Kilia que durante todo el camino escucho hablar al Teniente de cada una de las virtudes que poseía, Stear por su parte tenía que concentrarse en no hablar ni emitir señales de que pudiera escuchar, él no lo hacía fácil, tenía tantas ganas de romperle la cara, pero todavía no era tiempo de ello, lo seria pronto, cada día estaban más cerca del puerto de Calais y de allí podrían partir a Londres, solo un poco más pensaba Stear apretado los puños.

El Teniente escogió el lugar donde Kilia se quedaría a descansar y a propósito ordeno a Stear quedarse junto a los soldados, esta vez Kilia estaría sola con él, y así en espera de ese momento se hizo de noche.

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"COMO UNA PESADILLA"  (FIC ANTHONY BROWER) Empty Re: "COMO UNA PESADILLA" (FIC ANTHONY BROWER)

Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 8:17 pm


CAPITULO X

UNA LUZ

Anthony corrió hacia el único lugar donde podía hacerlo, hacia el carruaje que venía contra ellos, muy ágilmente se colocó a lado derecho de uno de los caballos, sujetándose del arnés y de un brinco se subió, estando arriba lo dirigió hacia la calle, alejándolo así de Candy y Paty, quienes miraban asombradas la agilidad que Anthony poseía. Al llegar a la calle un auto choco contra el coche lanzando por el aire a Anthony quien cayó, golpeando el piso fuertemente, el conductor del carruaje también golpeo el suelo, Candy corrió hacia donde se encontraba Anthony, el yacía inconsciente en el piso, ella no podía creerlo, las imágenes de aquel día de cacería cruzaron por su mente, sus lágrimas caían sin consuelo, ¡no puede ser! Decía Candy ¡despierta por favor! ¡No me dejes, no otra vez! Sujetando a Anthony de la camisa, lo levanto hacia ella, el no se movía, no podía sentir su respiración, la desesperación era inmensa, Paty observaba tras de Candy la escena, ella estaba desconcertada, inmóvil, en ese instante Candy sintió como una mano la sujetaba de la cintura y suavemente subía hacia sus espalda, ella se asustó, pero sus emociones cambiaron radicalmente cuando se dio cuenta de que era la mano de Anthony la que la sujetaba, al fin había despertado, ¡él está vivo!, ¡estaba bien!, ella lo abrazo con fuerza, no quería soltarlo, ahora sus lágrimas eran de alegría, podía ver el azul de sus ojos otra vez, la escena era observada por todos los peatones y ese momento fue aprovechado por el malvado conductor para escapar, el también estaba lastimado, cojeaba, traía el rostro cubierto, nadie pudo identificarlo.

Anthony se levantó del suelo con ayuda de Candy, estaba aturdido, pero no parecía haber recibido una herida grave, Anthony sonrió mirando a Candy.

Anthony: Disculpa amor por el susto que acabo de darte, pero no podía permitir que te pasara nada, debía hacer algo y eso fue lo único que se me ocurrió.

Candy: No vuelvas a hacerlo, o yo misma te dejare inconsciente, no soportaría vivir sin ti ahora que te recupere, te amo tanto, que si te pierdo esta vez me perdería contigo.

Anthony: No digas eso, sabes que Te amo y esta vez no te dejare, la muerte no puede separarme de ti, no entiendes nuestra unión es eterna, ¡¡¡no llores por favor pecosa, eres mucho más linda cuando ríes!!!
Candy no pudo evitar sonreír, esas palabras la hacían estremecer, recordaba ese día frente al portal de las rosas, ahora Anthony no era un niño, era un adulto, aún más atractivo que antes, verlo a él, era como ver un ángel con todo su esplendor, su rostro reflejaba paz, su sonrisa la llevaba al cielo, y sus ojos, sus hermosos ojos azules la llevaban más allá del firmamento, no podía dejar de mirarlo sin evitar suspirar enamorada, lo abrazo fuertemente, no quería soltarlo, no podía, se colocó de puntillas tomándolo por el cuello y acercando su cabeza a ella y lo beso tiernamente, besarlo a él era dulce, era como estar en el paraíso, sus labios eran suaves, su aliento como la primavera, quería perderse en él, no salir de ese instante maravilloso.


Stear trato de levantarse de la cama, pero la chica se lo impidió,- te dispararon y perdiste mucha sangre, aparte tienes casi destrozados los pies, debes descansar, no te preocupes por el momento aquí estarás seguro- él la miro, se dio cuenta por su mirada que estaba seguro, así que se acomodó nuevamente en la cama.

Stear: Gracias por ayudarme, pero puedo hacerte algunas preguntas, me das permiso de hacer eso?
La chica miro a Stear y no pudo evitar sonreír, lo vio y asintió con la cabeza.

Stear: Primero que nada, mi nombre es Alistear Cornwell, pero mis amigos me dicen Stear, así que mi salvadora tiene más derecho que cualquiera de llamarme así. ¿Cómo te llamas?

Ella lo vio sonriente, no podía evitarlo, él de verdad era algo cómico. Mi nombre es Kilia Devecker, mucho gusto.
Stear: Igualmente Kilia, podrías informarme donde estoy, desde que fui apresado por los alemanes, me han tenido de aquí para allá, realmente no sé dónde estoy ni cómo está la situación afuera.

Kilia entristeció de repente, algunas preguntas eran dolorosas de responder, bueno Stear dijo ella, en este momento estas en Bélgica.

Stear: ¡Bélgica! ¿Pero cómo? Bueno no me respondas, el cómo, ya me lo imagino, y sonrió.

Kilia no cambio su gesto de tristeza y continuo su relato – Bueno hace un mes llego una carta de mis padres, yo vivía en Estados Unidos, de donde supongo eres tú, me pedían que regresara porque la situación se complicaba y necesitaban ayuda, y así fue como te encontré, yo venía a reunirme con mis padres, estabas en el camino, muy herido, supe que eras un soldado aliado por tu uniforme y sabía que sería peligroso traerte con ese tipo de ropa, así que me tome el atrevimiento de cambiar tu atuendo y llegamos, para todos allá afuera eres mi primo y les dije que eras sordo, porque supongo que no hablas mi idioma nativo.

Stear no pudo evitar enrojecer al escuchar que una chica había cambiado su ropa, las demás palabras fueron como un susurro, fue en ese momento cuando se dio cuenta que ya no tenía puesto su traje militar. Qué vergüenza pensaba Stear, que diría la tía abuela si se enterara de ello.

La chica lo vio y se dio cuenta del sonrojo, volvió a sonreír, era inevitable, con la cara que Stear había puesto, no te preocupes le dijo, soy doctora y créeme esta no fue la primera vez que cambio a un chico, así que no tienes porque ruborizarte.

Stear solo inclino la cabeza y cambio la conversación para no sentirse más apenado aun.

Stear: Entonces tus padres también viven aquí contigo?

Stear se mordió los labios, se dio cuenta de que había hecho la pregunta equivocada.

Kilia: Ellos ya no están aquí, están muertos.

Stear: Pero si tu regresaste para ayudarlos, como…?

Kilia: Cuando entre a la ciudad la escena era deprimente, hable con uno de los vecinos de mis padres y me conto lo que sucedió, hace más de un mes, el líder alemán envió la petición de rendición a nuestro pueblo, ellos se negaron a rendirse y los habitantes se armaron para defenderse, los alemanes eran más hábiles, traían armamento y empezó la batalla, como castigo mataron a 645 personas inocentes, hombres, mujeres y niños, fue una masacre, entre ellos estaban mis padres, yo llegue muy tarde, las lágrimas de Kilia empezaron a salir.

Stear hizo un esfuerzo por levantarse y abrazo a Kilia fuertemente, no podía imaginar lo que ella sentía, imaginar como la guerra podría traer tanto dolor, tanto sufrimiento a gente inocente. Kilia abrazo a Stear de igual manera, desde que llego se había sentido sola, pero ahora tenía un amigo, una pequeña luz.

Alguien toco a la puerta, y se pronunciaron las siguientes palabras:

Abran, el ejército alemán está inspeccionando el vecindario!!!
CAPITULO XI

IRONIA

- ¡Abran la Puerta!

Fueron las palabras del soldado alemán antes de derribar la puerta de una patada. Seguido de otros 6 soldados que hicieron dar un brinco a Kilia y alejándose de Stear se dirigió a donde se encontraban.

- ¡Registren la casa! ¡Busquen documentos, armas, o cualquier cosa sospechosa!

Uno de los soldados gritó: ¡Señor encontré a un hombre herido acá atrás!.

- ¡Papeles!

Gritó el que soldado que parecía de mayor rango, en la cara de Kilia, mientras otro soldado arrastraba a Stear hasta la sala, donde se encontraba todos.


Mientras tanto en Inglaterra, un policía arrestaba a Anthony, acusándolo de ser el conductor imprudente del carruaje. Era una gran confusión entre testigos que afirmaban que Anthony había sido visto encima del carruaje, otros decían que lo vieron en uno de los caballos, mientras que Candy y Paty, no lograban explicar a la policía los sucesos, al punto de convencerlos de que Anthony era inocente.

- Nos lo llevamos hasta que todo se esclarezca.

Dijo uno de los policías a Paty y Candy, quienes estaban aterrorizadas de ver a Anthony ser subido a la carrosa de los carceleros, en vez de ser llevado con un doctor para ver que estuviera bien.

Paty decidió regresar rápidamente a la mansión de su familia y buscar una forma de sacar a Anthony de ese predicamento.

En la mansión, mandó a llamar a los guardaespaldas:

Paty: Señores, tenemos un grave problema, la policía a capturado a Anthony, debemos encontrar una forma de liberarlo, y de descubrir quién es la persona que desea nuestra muerte.

Guardaespaldas: Señorita Paty, el día de hoy algo sospechoso paso frente al portón de la mansión, un carruaje, se ubicó frente a él, fuimos a preguntar que se les ofrecía y cuando uno de nosotros se acerco cautelosamente un oficial al parecer de la policía grito ¡en marcha! Justo al momento que usted salió para ir por sus amigos..

Guardaespaldas 2: Si señora, a mí me pareció que ese no era un policía realmente, pero ya era tarde para detenerla a usted e informarle.

Candy: Dígannos por favor como era ese policía y el carruaje que usaba.

Los dos guardaespaldas dieron las descripciones pedidas por Candy y no podían creerlo, ese era el carruaje que el conductor lanzo contra ellos y el policía, el mismo que se había llevado a Anthony cautivo. Ellas salieron de la casa rápidamente rumbo a la comisaria, esta vez sus guardaespaldas las acompañaban, estaban seguras del inminente peligro. Candy sentía que el camino era largo y eterno.

Kilia: Por favor Señor, tengan piedad, mi primo quedó sordo por una bomba que estalló cuando el trataba de ayudar a mi difunta madre mientras sus soldados masacraban a todo el pueblo.

Los soldados inclinaron la cabeza, esa era una hazaña de la que no se enorgullecían, pero al final su trabajo y su deber era defender al país en contra de cualquier enemigo, no importa quien fuera.

Soldado: ¡Entonces su madre era insurgente! Levantando el rostro, mostrándose frio.

Kilia: No señor, mi madre venía de dejarle el almuerzo a mi Padre cuando el pueblo se levantó en armas. Mi padre fue asesinado por la gente del pueblo, por no querer levantarse contra el ejército invasor, para defender a su país, y mi madre quedó herida en medio de la multitud después de que vio fallecer a mi padre, mi primo vivía cerca de donde mi padre trabajaba, y …

Kilia ya no sabía que inventar para que dejaran a Stear.

Un soldado cae de repente ante los ojos atónitos de todos los presentes… Y luego otro más cae de igual forma, mientras convulsionan en el suelo y salía espuma por sus bocas…

- Que nos has hecho mujer?

Le preguntaba el soldado a Kilia mientras le daba una bofetada.

¡No sé! Respondió ella, pero soy médico, deje ayudarles, y tirándose sobre el soldado que estaba más cerca comenzó a procurar curarlo.

Kilia: Algo para que no se muerdan la lengua y pongan al otro soldado de lado. ¡Rápido!, ¡soy doctora, por eso yo cuido a mi primo!, deme ese balde señor, por favor deme ese balde, estos síntomas son de envenenamiento por ingesta.

Mientras Kilia tomaba el balde y un lienzo, el jefe de la patrulla alemana, miraba a la mujer correr hacia afuera. Su cara sudaba, y sus manos comenzaban a temblar, tomó su Lugger, y apunto hacia la muchacha que salía de la casa. Le costaba hablar, y con visión borrosa, dijo:

-¡En nombre del segundo Reich Deténgase!

Y disparó, mientras Stear caía al suelo viendo como también Kilia y el soldado se desplomaban frente a sus ojos.


En la estación de policía central de Londres:

Candy: Venimos a ver a alguien que arrestaron hoy por la tarde!

Oficial de Policía:¿hoy por la tarde? Cuál es el nombre del prisionero, y que cargo se le imputa?

Candy: Anthony Brower, y lo han traído, tras un atentado con un carruaje donde él y nosotras somos las víctimas.

Oficial de Policía: Señorita, disculpe, pero hoy no hemos recibido personas capturadas, y no tengo a ningún Anthony Brower entre mis registros.

Candy: ¿Se habrá puesto mal y lo llevaron directo al hospital?

Oficial de Policía: Si él no era potencialmente peligroso, entonces, puede que sí, pero no le puedo dar seguridad de tal hecho hasta no tenerlo en los registros oficiales, señorita.

Guardaespaldas: Señora afuera en un carruaje hemos visto al oficial que buscamos, salgan rápido.

Candy y Paty salieron corriendo de la estación y observaban como el carruaje se alejaba, mientras un rostro conocido salía por la ventana de aquel, Candy se quedo paralizada, ¿no era posible? ¿Qué hacia ella allí?, ahora sabia que Anthony estaba en verdadero peligro.

Paty: ¡Denle alcance! ¡Es de vida o muerte!



CAPITULO XII

SIN SALIDA

Anthony fue empujado dentro del coche por uno de los policías, el estaba confundido, como era posible que ahora el sea encontrado culpable de lo ocurrido, algo no estaba bien, pero debía obedecer o las cosas se pondrían peor, se colocó frente a la ventana y vio como este se alejaba de Candy, era frustrante para él, tenía que encontrar a Stear, no sabía cuánto tiempo él podría estar con vida y ahora su búsqueda era detenida, acababa de llegar a Londres y había tenido más problemas de los que había tenido durante toda su vida, se recostó en el respaldo tratando de pensar como saldría de esto, cuando escucho la conversación de los conductores.

Conductor 1: A donde lo tenemos que llevar?

Conductor2: Ella solo dijo que necesitaba arreglar unas cuentas, así que tendremos que llevarlo a la casa, lo bueno es que este tonto piensa que está siendo llevado a la estación de policía, no sabrá lo que le paso, jajajajaja.

Anthony no podía permitir ser llevado a ese lugar, jamás pensó que ella fuera capaz de algo así, pero bueno, al final parece ser que era parte de su sangre el ser malvada, se quedo sentado, pensando cómo podría salir de este enredo.

Kilia cayó al suelo frente a los aterrados ojos de Stear, había visto morir a sus amigos, pero nunca pensó que una mujer fuera víctima de algo así, trato de arrastrase hasta donde esta ella, le dolía, pero tenía que llegar y ver si estaba viva, en ese momento Kilia se levantó del suelo muy despacio, mirando para todos lados, cuando vio a Stear arrastrarse por el suelo, ella corrió a levantarlo, todos los soldados estaban desmayados, lo vio a los ojos y le dijo: - no te preocupes, cuando escuche la detonación me tire al suelo, que bueno que el soldado tenga mala puntería-, y rio tratando de reconfortar a Stear, le ayudo a levantarse y lo coloco nuevamente sobre la cama y corrió a ayudar a los soldados alemanes, ella era Doctora y juro que curaría al enfermo y así lo hiso, en ese momento llego otro soldado, este era un teniente coronel del ejército alemán, vio como sus hombres yacían en el suelo, y por sobre todo como una bella mujer belga los atendía con cariño, se quedó parado observándola, cuando ella se percató de su presencia se alejó de los enfermos y se colocó frente a la pared.

Teniente coronel: Digame que ha pasado aquí?

Kilia: Al parecer sus soldados comieron algo y se enfermaron. Dijo ella mirándolo a los ojos.

Teniente coronel: Esta bien, síguelos atendiendo, yo me quedare observando lo que hace.

Realmente era una excusa para verla a ella, las seguía con la mirada, memorizando cada uno de sus rasgos, Kilia podía sentir como era observada, eso la hacía sentir apenada, y un poco enojada. Al fin los soldados recuperaron el conocimiento, el teniente le dio instrucciones a Kilia de cuidarlos hasta que estuvieran bien y le advirtió que era responsable de su salud. Realmente era una excusa para poder verla nuevamente. Tan absorto estaba en Kilia que no se dio cuenta de que Stear lo observaba.

Al salir el teniente, Kilia sintió un gran alivio, por lo menos habían salido con vida de ese incidente, dejo a los soldados descansando y se acercó a Stear.

Stear: Kilia te diste cuenta cómo te miraba ese teniente.

Kilia: Claro que lo note, pero no podía hacer nada, por lo menos no dijo nada sobre ti, y estaremos a salvo mientras los soldados estén bien.

Stear: y crees que se recuperaran?

Kilia: Por suerte si lo harán, sino ahorita estaríamos acusados de matar a 6 soldados alemanes y tú ya sabes el castigo para eso.

Stear sabía que Kilia tenía razón, pero le preocupaba el teniente, no sabía qué clase de persona era en verdad, pero podía entender porque se sentía atraído por ella, era imposible no sentirse así.

El carruaje se alejaba de la ciudad, todo se estaba poniendo oscuro, Anthony empezó a quejarse, la cabeza parecía estallarle, era terrible, estaba gritando, parecía que estaba muriendo, así que los secuestradores bajaron del carruaje, era imposible no ponerle atención a semejante sonido, uno de ellos quito el seguro de la puerta, en ese momento Anthony golpeo la con fuerza, había estado fingiendo aquel dolor y mientras los conductores bajaban coloco sus brazos sobre los asientos dejando sus dos piernas libres para empujar la puerta en el momento justo, y así sucedió, el golpe fue tan fuerte que aventó a los hombres al suelo, ese momento fue aprovechado por Anthony para golpearlos hasta dejarlos inconscientes sobre el suelo, los metió en el carruaje y cerro colocando el seguro nuevamente, antes de irse les dio un mensaje para ella: -Díganle que no será tan fácil como imaginó, ahora ya sabemos contra quien nos enfrentamos-. Anthony se alejó del carruaje y se dirigió a la ciudad nuevamente.

Paty: ¡Denle alcance! ¡Es de vida o muerte!

Los guardaespaldas siguieron el carruaje muy de cerca, los perseguidos se dieron cuenta de la cacería así que apresuraron el paso, se alejaron de la ciudad, desafortunadamente un rebaño de ovejas se atravesó interrumpiendo el paso de los guardaespaldas de Paty, perdiendo así de vista a los malvados, en ese momento uno de ellos escucho unos pasos…

Ya era de día, Kilia había pasado la noche en vela cuidando de los soldados, Stear ya se encontraba mucho mejor, podía caminar y la herida ya no le dolía, el Teniente apareció en el dintel de la puerta, se acercó a Kilia y tomando su mano la beso, ella se quedó estática, no esperaba eso de un alemán. Este miro a Stear con ojos celosos.

Teniente: Disculpen lo ocurrido el día de ayer, la situación ya está aclarada ahora y estoy muy agradecido por los tratos que les han dado a mis hombre, quiero presentarme mi nombre es Mathias Owerryn, y como ya saben soy el Teniente Coronel del destacamento Alemán.

Kilia inclino la cabeza y se presentó a ella y a su primo, informo al teniente que Stear era sordo y que por motivos de enfermedad él vivía con ella. El teniente vio nuevamente a Stear y la mirada cambio, parecía estar más tranquilo.

Teniente Owerryn: he informado a mis superiores de lo sucedido en esta casa y del servicio que prestó al salvar la vida de mis hombres, así que debido a la situación en la que nos encontramos deseamos pedirle que nos acompañe como parte de nuestro ejército, claro está como doctora de el.

Kilia y Stear no esperaban esa invitación, a pesar de la amabilidad del Teniente al pedir aquello sabían que un negativa no era opcional, ella se dio la vuelta, no sabía que decir, Stear deseaba romperle la cara al Teniente, como podía pedirle a una mujer que fuera a la guerra, eso podía significar la muerte de Kilia.

Teniente Owerryn: Se que lo que pido es difícil, pero le aseguro que todo el tiempo estará a mi cuidado y que nada le pasara, preferiría morir a verla sufrir de algún modo.

Stear se mordía la lengua. Que mentiroso era ese hombre, por la forma en que la veía sabía que lo único que quería era la compañía de Kilia y aprovecharse de ella. Stear tomo la mano de Kilia, para hacerle saber al teniente que ella no estaba sola.

Teniente Owerryn: Bueno, la dejare para que lo piense, mañana salimos con rumbo a Francia y espero saber su respuesta antes del amanecer.

El teniente dio la vuelta y se llevó con él a sus hombres, dejando en la puerta de salida a dos de ellos para asegurarse de que Kilia no escapara.

Stear se sentó en el sofá de la sala tratando de encontrar la manera de salvar a Kilia, se levantó y vio por la ventana a los guardias parados frente a la puerta de salida.

Kilia lo miro y le sonrió.

Kilia: bueno querido primo, creo que es el momento de despedirnos.

Stear: eso quiere decir que vas a ir con él.

Kilia: no me ha dado muchas opciones, los guardias en la puerta lo dicen todo, pero no te preocupes, tu podrás quedarte aquí, la mayoría partirá para Francia y tu podrás escapar sin ningún problema.

Stear: Como puedes sugerir tal cosa, no podría dejarte ir sola, ese teniente no me inspira confianza y además es peligroso para ti.

Kilia: conozco los riesgos pero a diferencia de mí, a ti te está esperando una dulce chica y no debes defraudarla.

Stear: Que crees que pensara ella cuando se entere que te abandone, además aunque ella aprobará dicha acción va contra mis principios, no te dejare ir sola, además tú también debes tener a alguien que te espere en Estados Unidos.

Kilia: Mi padre y madre era toda mi familia, en Estados Unidos no tengo a nadie más.

Stear: Entonces porque vivías allá?

Kilia: Fui a buscar a un buen amigo.

Stear: Por un amigo hiciste un viaje tan largo?

Kilia: Bueno, el es muy especial para mí, lo conocí hace ya más de dos años en África, fui como voluntaria y me asignaron a trabajar con él, la única razón por la que fui a América era porque quería verlo otra vez, pero me di cuenta de que nunca lo encontraría, solo se su nombre y nada más.

Stear: Kilia te ayudare a encontrarlo, te lo debo primita, bueno, eso significa que ambos tememos razones para salir vivos de esta. Ambos rieron, ya eran más de las 3am. Habían hablado casi toda la noche sin sentirlo, cuando los pasos fuertes del Teniente se escucharon afuera de la habitación.

Teniente Owerrin: ¡¡¡Vengo por la respuesta!!!!









CAPITULO XIII

BUSCANDO LA LIBERTAD

Los guardaespaldas de Paty escucharon unos pasos, desenfundaron sus armas, y apuntaron en dirección del sonido, allí estaba un chico alto de ojos azules, preguntando cómo podía llegar a la ciudad. Ellos le indicaron el camino y le ofrecieron llevarlo, a Anthony le pareció que esos tipos eran algo sospechosos, pero ya estaba cansado de caminar, había pensado que sería mejor llevarse el carruaje en vez de dejar a los secuestradores dentro de él, pero sabía que eso podría ocasionar otra confusión, no sabía la procedencia de aquel vehículo, esta vez decidió ir acompañando al conductor, quien le pregunto a donde se dirigía, al escuchar la dirección supo que este hombre era Anthony Brower, a quien buscaban, le comunicaron que ellos trabajaban para Paty y que inmediatamente sería llevado a la casa junto a su esposa, que feliz se sentía Anthony, por lo menos tendría una noche tranquila junto a Candy.

Teniente Owerryn: ¡¡¡Vengo por la respuesta!!!!

Fueron las palabras poco corteses del teniente, Kilia lo vio directamente a los ojos, ella quería demostrarle que no le tenía miedo, y le dijo – si, voy a ir, pero mi primo viene conmigo, de lo contrario sería mejor que me matara ahora mismo–

El teniente vio a Kilia, eso no era parte de sus planes, pero verdaderamente deseaba su compañía así que no le quede más que aceptar.

Teniente Owerryn: Esta bien como usted diga, los espero a las 5am en la plaza del pueblo. Dando media vuelta se fue de aquel lugar.

Stear: me alegra que aceptara, ya en el camino pensaremos en algo que nos ayude a escapar.

Kilia: Estas seguro de que quieres acompañarme? Pienso que sería mejor para ti quedarte aquí, ya has arriesgado tu vida por mucho tiempo.

Stear: no te preocupes primita, se lo que hago, además no puedo permitir que ese teniente te ponga una mano encima, desconfió de él, eso ya lo sabes, has hecho mucho por mí, ahora deja que haga algo por ti, veras que saldremos de esta, solo necesitamos tiempo, una vez en Francia pensaremos como escapar a través del puerto. Sé que suena arriesgado, pero en el camino pensaremos en los detalles.

Kilia vio la convicción en los ojos de Stear y ambos empezaron a empacar lo necesario, realmente no era mucho, ambos tenían poco tiempo de haber llegado, y las 5am. estaban en la plaza, donde estaban siendo esperados por el Teniente quien sonreía complacido por ver a Kilia allí.

Teniente Owerryn: me alegra que sean tan puntuales, acompáñenme les presentare a mis soldados.

Ambos caminaban atrás de él, cuando vieron a ese ejército, todos muy jóvenes, al unisonó saludaron al Teniente y con atención escucharon las instrucciones.

Teniente Owerryn: Antes de partir quiero presentarles a la Doctora Devecker, nos acompañara en el viaje a Francia, así que todos deben tratarla con respeto, cualquiera de ustedes que la trate mal será castigado, quedando advertidos, nos marchamos.

Los soldados observaron a Kilia, realmente es una chica hermosa se decían entres si, será difícil concentrarse con semejante belleza acompañándonos. Stear miro a los soldados y abrazo a Kilia, demostrando asi que no estaba sola, su mensaje fue captado por aquellos que observaron cómo un hombre alto y fuerte tomaba a Kilia por el brazo y la sacaba de allí.

Anthony por fin llego a la mansión de Paty, corrió buscando a Candy por todos lados y cuando la encontró la abrazo fuertemente, besándola como si hubieran pasado años desde la última vez que lo hiso.

Candy: Me alegra que estés bien, estaba muy asustada y más cuando la vi a ella.

Anthony: La viste?

Candy: Fuimos a la comisaria a buscarte y uno de los guardaespaldas vio a ese sujeto en un carruaje, salí y la vi a través de la ventana, no puedo creer que este aquí, y que este causándonos tantos problemas.

Anthony: Lo sé, pero debemos ahora estar prevenidos, no sabemos de qué forma ella nos atacara esta vez.

Anthony estaba preocupado, como era posible que ahora quien le diera tantos dolores era ella. Anthony llamo a todos los que trabajaban en la casa, les ordeno cuidar a Candy y Paty, no deben dejarlas solas por ningún motivo, mañana debemos encontrar información sobre la carta, de dónde provino, no debemos esperar más, el tiempo está en nuestra contra.

Kilia y Stear fueron asignados a uno de los camiones que previamente fue equipado para funcionar como hospital, el Teniente se ofreció como piloto de este, aunque lo frustraba el hecho de que el primito de Kilia no la dejara sola ni un momento, trataba de hablar pero ella solo respondía con un sí o un no vacío, sin sentimiento, estaba cansándose de ello, apenas empezaba el viaje, así que tenía que encontrar la manera de quedarse solo con ella.

Los días pasaron y Anthony al fin encontró el lugar de donde fue enviada la carta, busco a Candy y Paty y les informo que tendrían que viajar, debían empacar rápido y livianamente, sería un viaje largo y peligroso así que no debían apartarse del grupo, era el momento que habían esperado.

Esbirro: Disculpe que la interrumpa, al parecer ellos ya encontraron el lugar donde posiblemente estará Stear.
Ella: Muy bien, debemos seguirlo, saben que estoy aquí, así que esta vez no habrá sutilezas, serán ellos o nosotros.

Esbirro: Pero señora?

Ella: Cuando aceptaron este trabajo sabían de los peligros, además por ello les estoy pagando más de lo que debería, así que prepárense nos marcharemos en este instante, ellos no saldrán vivos de esta!!

Los soldados alemanes llegaron a Dunkerque, fue un viaje cansado para ellos, especialmente para Kilia que durante todo el camino escucho hablar al Teniente de cada una de las virtudes que poseía, Stear por su parte tenía que concentrarse en no hablar ni emitir señales de que pudiera escuchar, él no lo hacía fácil, tenía tantas ganas de romperle la cara, pero todavía no era tiempo de ello, lo seria pronto, cada día estaban más cerca del puerto de Calais y de allí podrían partir a Londres, solo un poco más pensaba Stear apretado los puños.

El Teniente escogió el lugar donde Kilia se quedaría a descansar y a propósito ordeno a Stear quedarse junto a los soldados, esta vez Kilia estaría sola con él, y así en espera de ese momento se hizo de noche.

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"COMO UNA PESADILLA"  (FIC ANTHONY BROWER) Empty Re: "COMO UNA PESADILLA" (FIC ANTHONY BROWER)

Mensaje por Dmar Miér Jul 07, 2010 8:19 pm

CAPITULO XIV


CERCA DE TI


El teniente Owerryn dio órdenes específicas de que todo soldado se alejara del lugar donde Kilia se encontraba, ella estaba preocupada, por primera vez no había guardias atrás de su puerta ni en los alrededores, esto no era bueno, escucho que alguien se aproximaba, por los pasos sabia de quien se trataba, tocaron a la puerta, ella no abrió, los golpes se hacían más y más fuertes, hasta que la puerta fue derribada por una patada, era el Teniente, estaba furioso, como Kilia se atrevía a no dejarlo entrar, esta vez no aguantaría más desprecios, le daría algo para recordarlo cada día de su vida.

Kilia estaba acorralada, le dio un puñetazo, el teniente solo sonrió, la tomo por el mismo brazo que había levantado en contra suya y con la otra le dio una bofetada, la sangre salía de los labios de Kilia, no podía gritar, nadie la escucharía y si la escuchaban, nadie llegaría en su auxilio, trato de defenderse, pero él era más fuerte, le pego nuevamente tirándola al suelo, se colocó sobre ella, besándola con furia, ella mordió sus labios, eso le dolió así que nuevamente golpeo a Kilia con más fuerza aun, Kilia no sabía qué hacer, estaba totalmente inmóvil en el piso.

El puerto de Devec era el destino de Anthony, Candy y Paty, la carta de Stear había llegado desde Francia, así que allí es a donde debían dirigirse, el camino seria largo, debían atravesar varios pueblos, y mientras más cerca de Francia estarían, los peligros aumentaban, por un lado el ejército alemán y por el otro estaba Ella siguiéndolos de cerca, su sed de venganza solo sería saciada con la muerte de uno de ellos, si ella no era feliz, nadie lo seria, paso a paso había planeado el siguiente ataque, no tendría consideraciones esta vez, lograría su objetivo aun cuando eso significara su propia muerte, al final la vida que tenía ahora era muy parecido a ello.

Alguien sujeto por los hombros al Teniente y lo lanzo lejos de Kilia, ella no podía creerlo, era Stear que había llegado a su rescate y estaba furioso de sus ojos salían llamas y fue peor cuando vio el rostro de Kilia lleno de sangre y moretones, como se había atrevido a golpear a una mujer, como se había atrevido a golpear a Kilia, el Teniente se levantó y se puso frente a Stear lanzándole un golpe al rostro que fue esquivado hábilmente, Stear golpeo su estómago dejándolo sin aire, lo tomo por el cuello de la camisa y le dio un puñetazo en el rostro rompiéndole así el pómulo izquierdo, este fue seguido de uno más, hasta que lo dejo tendido en el suelo, donde se colocó sobre él y dio un puñetazo seguido de otro y otro más, Kilia le suplico a Stear que parara, el Teniente estaba inconsciente sobre el suelo, con la cara completamente desfigurada por los golpes, Stear se levantó al oír las suplicas de Kilia, y la abrazo haciéndole saber que todo ya estaba bien.

Stear: Kilia tenemos que escapar, no hay guardias en los alrededores y si no lo hacemos ahorita seguro nos mataran.

Kilia: Esta bien, solo antes de irnos creo que debemos amarrar y amordazar al teniente, eso nos dará tiempo hasta la mañana.

Stear: tiene razón, lo meteremos bajo la cama, así no lo verán tan fácilmente.

Kilia amarro al teniente y cuando estaba colocando la mordaza este despertó, Kilia le propino un golpe en sus partes nobles dejándolo en el suelo y con mucho dolor, Kilia continuo con lo que estaba haciendo y lo colocaron bajo la cama pero antes Stear le volvió a dar otro puñetazo para así dejarlo inconsciente nuevamente.

Anthony y los otros se detuvieron a descansar, habían recorrido el camino día y noche, pero eso había dejado exhaustos a los guardaespaldas, así que tomaron la decisión de acampar en el lugar.

Ella observaba cada movimiento y dio indicaciones de seguir, los esperaría en el puerto de Devec y allí los emboscaría, las instrucciones estaban dadas y no había marcha atrás.

Stear y Kilia salieron del lugar llevando solo lo que tenían puesto y algo de alimento, el puerto de Calais aún estaba lejos pero, valía la pena intentarlo, era la única oportunidad de salir de allí con vida.

El puerto de Devec estaba a unas cuantos minutos, ellos estaban felices, Stear cada día estaba más cerca de ellos, Paty estaba muy feliz, estoy cerca de ti se repetía, volveré a verte, no había duda para ella, su Stear estaba vivo y lo encontraría, cuando de repente se escucharon unos disparos, venían de todos los lugares, uno tras otra se escuchaban las detonaciones, su única esperanza era encontrar un lugar donde esconderse, pero dónde?

Uno de los soldados llego a buscar a capitán Owerryn, vio la puerta tirada en el piso y busco señales de vida por todo el lugar, escucho sonidos debajo de la cama y allí estaba el Teniente, le quito la mordaza, sus primeras palabras fueron: - Envíen un contingente, ¡¡deben encontrarlos y darles muerte!!-.


CAPITULO XV

CERCA DEL FIN

Los soldados obedecieron la voz del teniente y empezó la búsqueda, Kilia y Stear les llevaban ventaja pero ellos tenían vehículos y no se detendrían hasta encontrarlos, el Teniente estaba furioso, lo habían humillado y lo que era peor no había obtenido aquello que tanto deseaba, les daría la peor de las muertes, porque esparciría sus restos como señal de victoria, los demás aprenderían lo que pasa cuando se desafía a un soldado alemán.

Había solados buscando en el pueblo, otros fuera del sitio, tan entretenidos estaban que no se percataban que habían dejado de estar solos, el ataque había empezado, los soldados aliados estaban allí, y aprovechando el alboroto atacaron a ese gran ejército, los que habían salido a buscar fuera, habían sido apresados, y ahora eran blanco fácil, la batalla empezó y los hombres de ambos bandos caían, pero el orgullo del Teniente acabo con su propio ejército.

Los soldados aliados tomaron posesión del lugar y acercándose a ellos estaban Kilia y Stear, estaban felices, al fin se habían librado del cautiverio, el teniente los vio aún más furiosos, los había mandado buscar hasta debajo de las piedras, menos en la habitación de Kilia, ellos nunca salieron del lugar, jajajaja, que gran engaño, el plan era quedarse escondidos hasta que el ejército alemán saliera del pueblo, pero el destino les había dado otra salida, aun mejor.

Anthony y los otros estaban acorralados, la carreta los protegía pero no por mucho tiempo, los guardaespaldas disparaban, pero no sabían cuál era su objetivo, Anthony debía hacer algo, o las chicas resultarían heridas, dio órdenes de a la señal llevarlas a la casa más cercana y esconderse allí, Anthony salió corriendo, estaba descubierto, quería llamar la atención de los tiradores para darles a los otros una oportunidad de escapar, mientras él era el objetivo, los demás encontraron un lugar donde ocultarse, y Anthony cayó al suelo.
Uno de los guardaespaldas descubrió el lugar de donde provenían los disparos, ahora ellos podían atacar, Candy estaba fuera de control, Anthony estaba tirado en el suelo, justo en la mira de los atacantes, tenían que rescatarlo, así que el jefe de los guardaespaldas ideo un plan, salieron por la puerta de atrás y rodearon el lugar hasta quedar justo atrás de sus atacantes, y dispararon, hiriendo a cada uno de ellos, Ella estaba allí, no podía creerlo, veía a cada uno de los hombres que había contratado caer al suelo, así que no le quedaba otra alternativa, tomo el arma que estaba más cerca y salió buscando el cuerpo de Anthony, debía asegurarse que estaba muerto, sino era así, ella misma lo mataría, corrió hacia él, y apuntándole con el arma jalo el gatillo.

Stear y Kilia informaron de su situación al general del ejército aliado, decidieron enviarlos a su base en el puerto de Calais, Stear todavía era parte del ejército, pero su tiempo de servicio terminaba en menos de una semana, así que ya podría regresar a su hogar, estaba feliz, podría ver a su hermano, a la tía abuela, a Candy y a Paty, cumpliría su promesa, juntos verían la puesta de sol, y podría volver a inventar.

Kilia aún no sabía si regresar a América era lo mejor, tal vez quedarse en Inglaterra mientras la guerra acabara y después regresar a su hogar y ayudar al renacimiento de su país, pero, quería verlo una vez más, de todos modos él había sido por segunda ocasión la razón de su largo viaje.

Una detonación se escuchó, todo se quedó en silencio, Candy corrió hacia donde se encontraba Anthony, el escucho sus gritos y se levantó, la recibió con los brazos abiertos y le dijo, pensé que hacerme el muerto era la mejor salida, además parece que soy experto haciendo ese papel, Candy lo vio y lloraba, escuche la detonación, como pudo fallar estando tan cerca de ti, el miro al suelo y allí estaba ella, tirada en un charco de sangre, el corrió hacia ella, la tomo entre sus brazos y la abrazo, ¿Cómo pudiste hacer esto tía?, ella lo vio y le dijo: no tengo nada más por que vivir- y diciendo eso murió en los brazos de Anthony, quien lloraba, a pesar de todo ella era su tía, ella era, Sara Legan.

El puerto de Devec estaba a unos kilómetros, tomarían el primer barco rumbo al puerto de Calais y allí buscarían, la base aliada más cercana y empezarían la búsqueda, que largo había sido el camino hasta allí, pero lo habían logrado.

Anthony, Candy y Paty subieron al barco que los llevaría a Calais, muy pronto estarían del otro lado, muy pronto estarían cerca de Stear.

Stear conto todo lo sucedido durante su cautiverio, el general tomo la decisión de enviarlo lo más pronto posible a Inglaterra, así que se dirigieron al puerto de Calais y de allí serían enviados al puerto de Devec en Inglaterra, muy pronto estaría cerca de Paty.


Y así con el mismo pensamiento ambos grupos subieron al barco que los llevaría a su destino, sin saber que tal vez el otro no estaría de ese lado del mar.
CAPITULO XVI

ENTRE FUEGO Y AGUA

Ya era de noche cuando Anthony, Candy y Paty abordaban el barco que los llevaría al puerto de Calais, estaban felices porque su corazón sabía que encontrarían a Stear no importando cuán difícil fuera, Paty soñaba con ese reencuentro, deseaba tanto abrazarlo, ver sus ojos, y poder decirle cuanto lo amaba.

Anthony hablaba con los guardaespaldas afinando los últimos detalles del plan de rescate, mientras Candy estaba parada en la proa del barco viendo el maravilloso cielo estrellado de esa noche, de repente vio unos destellos y los sonidos de aviones llenaron la silenciosa noche, el eco de los disparos no tardó en llegar, pudo observar en la distancia como un avión en llamas caía en el mar, escucho el sonido de un golpe, seguido de una explosión, los gritos de pánico se escuchaban, las llamas eran más grandes a cada momento, vio humo, pero no solo eso, un objeto, flotando en el mar, las llamas eran enormes, ¡era un barco! Candy escucho un objeto golpear contra el agua, se asomó para ver que había sido, cuando asombrada vio a Anthony nadar hasta el lugar del incidente.

Anthony nadaba lo más rápido que podía, en su mente solo estaba la idea de rescatar a los que estaban en peligro, a lo lejos vio un pequeño bote volcado, busco a los ocupantes, pero no vio a nadie, la madera caía por los alrededores cubierta de fuego, él la esquivaba como podía, escucho un chapoteo, pudo ver a una mujer que luchaba por no hundirse, nado hacia donde se encontraba, la sostuvo con uno de sus brazos y la llevo hacia donde estaba el bote para que se sostuviera de él mientras llegaba la ayuda, ella le gritaba, ¡ayude a mi primo, sálvelo!, Anthony se dio la vuelta y empezó a buscar nuevamente, se sumergía para ver si estaba bajo el agua, no encontraba nada ni abajo, ni arriba del agua, estaba a punto de darse por vencido cuando vio un objeto curvo sobre un madero, se aproximó y allí estaba, no podía creerlo, era él, era Stear.

Anthony lo sostuvo fuerte, él estaba inconsciente, apenas respiraba, nado hacia donde estaba el bote y Kilia lo ayudo a subirlo, Stear ya no respiraba, rápidamente le aplico RCP, parecía no dar resultado, cuando Anthony le grito ¡no vine hasta aquí para verte morir, despierta!, Stear movió la mano y expulsando toda el agua que había tragado, miro a Anthony y le pregunto ¿Ya estoy muerto?, Anthony rio y le dijo:¡¡¡No, aun no, parece que tenemos mala fama y no nos quieren allí por algún tiempo!!!. Ambos rieron y se abrazaron fuertemente, estaban juntos, ambos vivían, Anthony vio a Kilia, - disculpe señorita pero no pude encontrar a su primo-, Kilia abrazo a Anthony diciéndole –claro que si lo hizo, no se da cuenta que tenemos un primo en común- .

El barco de Anthony por fin llego al lugar donde se encontraban, y uno por uno subieron a los sobrevivientes, primero Kilia, luego Anthony y por ultimo Stear, Paty vio como un chico de pelo negro era subido al barco, no usaba lentes, pero ese rostro, era idéntico a… Paty corrió hacia donde estaba él, lo abrazo fuertemente, al fin lo había encontrado, estaba vivo, estaba con ella, Stear la abrazo, su pequeña miedosa había cambiado, era más bella aun, más valiente, mas suya que aquel día que partió a la guerra, todos estaban juntos como debía ser, Candy se acercó a Stear y lo abrazo diciéndole –Estoy lista para probar tus inventos-, él la miro y vio un anillo de boda en su mano, lo supo, ahora Anthony estaba con ella como debía haber sido desde un principio.

Las órdenes de regresar al puerto de Devec fueron dadas, y todos juntos regresarían a Londres para luego partir hacia América con la familia que los esperaba.

Podían ver el barco alejándose de aquella hoguera, un avión se había estrellado contra el barco que traía a Kilia y Stear del puerto de Calais al puerto de Devec, muchos murieron pero si eso no hubiera pasado, los barcos se habrían cruzado y ninguno se habría dado cuenta de quienes eran los ocupantes del barco vecino.

Ya era de día y los vehículos estaban listos para salir rumbo a Inglaterra, quieran llegar lo más rápido posible, esta vez no se detendrían, recordaban lo que paso el día siguiente de la única noche que lo hicieron, ella ya no estaba, pero preferían no correr más riesgos, el viaje seria hasta Londres.

Habían llegado a la mansión de Paty en Londres, estaban cansados, pero todo estaba bien, el peligro se alejaba cada vez más y más de ellos, bajaron y tocaron a la puerta, la ama de llaves les abrió y ordeno rápidamente que se preparara comida y las habitaciones para que todos descansaran.

Ya estaban listos para subir a descansar cuando el ama de llaves llamo a Paty, y le informo que dos jóvenes habían llegado esa mañana, dejándoles un mensaje:
Hemos llegado y esta vez no se libraran de nosotros tan fácilmente.
CAPITULO XVI

ENTRE FUEGO Y AGUA

Ya era de noche cuando Anthony, Candy y Paty abordaban el barco que los llevaría al puerto de Calais, estaban felices porque su corazón sabía que encontrarían a Stear no importando cuán difícil fuera, Paty soñaba con ese reencuentro, deseaba tanto abrazarlo, ver sus ojos, y poder decirle cuanto lo amaba.

Anthony hablaba con los guardaespaldas afinando los últimos detalles del plan de rescate, mientras Candy estaba parada en la proa del barco viendo el maravilloso cielo estrellado de esa noche, de repente vio unos destellos y los sonidos de aviones llenaron la silenciosa noche, el eco de los disparos no tardó en llegar, pudo observar en la distancia como un avión en llamas caía en el mar, escucho el sonido de un golpe, seguido de una explosión, los gritos de pánico se escuchaban, las llamas eran más grandes a cada momento, vio humo, pero no solo eso, un objeto, flotando en el mar, las llamas eran enormes, ¡era un barco! Candy escucho un objeto golpear contra el agua, se asomó para ver que había sido, cuando asombrada vio a Anthony nadar hasta el lugar del incidente.

Anthony nadaba lo más rápido que podía, en su mente solo estaba la idea de rescatar a los que estaban en peligro, a lo lejos vio un pequeño bote volcado, busco a los ocupantes, pero no vio a nadie, la madera caía por los alrededores cubierta de fuego, él la esquivaba como podía, escucho un chapoteo, pudo ver a una mujer que luchaba por no hundirse, nado hacia donde se encontraba, la sostuvo con uno de sus brazos y la llevo hacia donde estaba el bote para que se sostuviera de él mientras llegaba la ayuda, ella le gritaba, ¡ayude a mi primo, sálvelo!, Anthony se dio la vuelta y empezó a buscar nuevamente, se sumergía para ver si estaba bajo el agua, no encontraba nada ni abajo, ni arriba del agua, estaba a punto de darse por vencido cuando vio un objeto curvo sobre un madero, se aproximó y allí estaba, no podía creerlo, era él, era Stear.

Anthony lo sostuvo fuerte, él estaba inconsciente, apenas respiraba, nado hacia donde estaba el bote y Kilia lo ayudo a subirlo, Stear ya no respiraba, rápidamente le aplico RCP, parecía no dar resultado, cuando Anthony le grito ¡no vine hasta aquí para verte morir, despierta!, Stear movió la mano y expulsando toda el agua que había tragado, miro a Anthony y le pregunto ¿Ya estoy muerto?, Anthony rio y le dijo:¡¡¡No, aun no, parece que tenemos mala fama y no nos quieren allí por algún tiempo!!!. Ambos rieron y se abrazaron fuertemente, estaban juntos, ambos vivían, Anthony vio a Kilia, - disculpe señorita pero no pude encontrar a su primo-, Kilia abrazo a Anthony diciéndole –claro que si lo hizo, no se da cuenta que tenemos un primo en común- .

El barco de Anthony por fin llego al lugar donde se encontraban, y uno por uno subieron a los sobrevivientes, primero Kilia, luego Anthony y por ultimo Stear, Paty vio como un chico de pelo negro era subido al barco, no usaba lentes, pero ese rostro, era idéntico a… Paty corrió hacia donde estaba él, lo abrazo fuertemente, al fin lo había encontrado, estaba vivo, estaba con ella, Stear la abrazo, su pequeña miedosa había cambiado, era más bella aun, más valiente, mas suya que aquel día que partió a la guerra, todos estaban juntos como debía ser, Candy se acercó a Stear y lo abrazo diciéndole –Estoy lista para probar tus inventos-, él la miro y vio un anillo de boda en su mano, lo supo, ahora Anthony estaba con ella como debía haber sido desde un principio.

Las órdenes de regresar al puerto de Devec fueron dadas, y todos juntos regresarían a Londres para luego partir hacia América con la familia que los esperaba.

Podían ver el barco alejándose de aquella hoguera, un avión se había estrellado contra el barco que traía a Kilia y Stear del puerto de Calais al puerto de Devec, muchos murieron pero si eso no hubiera pasado, los barcos se habrían cruzado y ninguno se habría dado cuenta de quienes eran los ocupantes del barco vecino.

Ya era de día y los vehículos estaban listos para salir rumbo a Inglaterra, quieran llegar lo más rápido posible, esta vez no se detendrían, recordaban lo que paso el día siguiente de la única noche que lo hicieron, ella ya no estaba, pero preferían no correr más riesgos, el viaje seria hasta Londres.

Habían llegado a la mansión de Paty en Londres, estaban cansados, pero todo estaba bien, el peligro se alejaba cada vez más y más de ellos, bajaron y tocaron a la puerta, la ama de llaves les abrió y ordeno rápidamente que se preparara comida y las habitaciones para que todos descansaran.

Ya estaban listos para subir a descansar cuando el ama de llaves llamo a Paty, y le informo que dos jóvenes habían llegado esa mañana, dejándoles un mensaje:
Hemos llegado y esta vez no se libraran de nosotros tan fácilmente.
CAPITULO XVIII

EL FINAL DE UNA PESADILLA

Stear miro el rostro de Albert y como por arte de magia entendió lo que pasaba.

Albert no espero a que se terminara de atracar en el puerto, se lanzó por la proa, sorprendiendo a todos los presentes y asustando a otros que observaron aquella muestra de agilidad.

Sus pies tocaron la madera y corrió buscando a Kilia por todos lados, gritaba su nombre como loco, preguntaba por una chica, pero había muchas, el no sabía ni como estaba vestida, sentía desesperación, estaba cansado de correr, estaba triste, se recostó sobre un poste del alumbrado con la mirada perdida, tenía poco tiempo, realmente ya no tenía tiempo, miro por el cristal de una pequeña cafetería y allí estaba ella, entro rápidamente y la tomo del brazo, no dijo nada, Kilia se sobresaltó, mirando al chico que la jalaba desesperadamente, y allí estaban esos hermosos azules que tanto amaba y sin sentirlo ella corría tomada de su mano sin saber a dónde y el porqué de tanta prisa.

Allí estaban todos viendo como Albert corría de regreso al barco llevando a Kilia a rastras tras de él, era una escena alejada de aquel encuentro romántico que algún día Kilia pudo imaginar, al final ella pudo reaccionar y trato de soltarse de aquella tibia mano que la sujetaba.

El se detuvo al no sentirla, se dio la vuelta, y la miro por primera vez después de tantos años, ella estaba hermosa, aún más que antes, sus ojos conservaban esa mirada tierna que tanto amaba y que solo aquel accidente pudo borrar, había perdido la esperanza de encontrarla nuevamente, había tratado de olvidarla, pero de noche al cerrar los ojos ella estaba allí, estaba frente a él, nuevamente la tomo de la mano y suavemente la acerco a su cuerpo, la abrazo y en su oído le susurro las palabras que ella tanto había ansiado escuchar “te amo”.


Kilia sentía que su corazón se salía del pecho, estaba perdida en el aroma de aquel chico y en la calidez de su cuerpo, esto si era lo que había deseado, el reencuentro que había soñado, ella lo aparto para poder perderse en el azul de su mirada diciéndole “tenemos que darnos prisa el barco no nos esperara toda la vida”, tenía razón, el capitán solo le había dado a Albert 10 minutos para encontrarla, subieron al barco tomados de la mano.


Stear: te dije que te ayudaría a encontrarlo, ves lo eficiente que soy?

Kilia: Bueno, solo tengo un reclamo que hacerte.

Stear: Haber dime

Kilia: la próxima vez que me ayudes, por favor dame tiempo de empacar.

Albert se sonrojo, se dio cuenta hasta ese momento que había llevado a Kilia sin más que lo que tenía puesto, pero no importaba estaba tan feliz, que la sonrisa no se borraba de su boca, sus ojos brillaban más el sol, no podía evitarlo, tomo nuevamente a Kilia entre sus brazos y la beso apasionadamente ante los ojos de todos los pasajeros que no perdían de vista aquellos acontecimientos.

El barco llego a Estados Unidos, habían sido unos días maravillosos para todos, mientras la tía abuela esperaba en la mansión de Lakewood, con un periódico en las manos que relataba como el Patriarca de los Andrew había hecho gala de su agilidad al lanzarse de un barco casi en movimiento con el único fin de encontrar a una joven. La tía abuela no sabía si reír al leer aquel relato que incluso iba acompañada de una colección de fotografías que mostraban con detalle cada movimiento del Señor William Albert Andrew.

Al fin habían llegado a su hogar, las rosas estaban bellísimas, ordenaron a los sirvientes entrar las maletas, Kilia estaba agradecida de ser casi de la misma talla que Any y sobre todo de que aquella chica hubiera comprado todo lo que había en las boutiques de Inglaterra, decidieron dar un paseo antes de entrar y saludar a la tía abuela, Albert pidió un caballo, y los demás chicos prefirieron caminar hacia su destino.

Stear llevo a Paty al portal de Piedra e inclinándose frente a ella tomo su mano y besándola tiernamente coloco un hermoso anillo en su dedo.

Stear: Quieres ser mi esposa y pasar el resto de nuestra vida inventando formas de ser felices?

Paty: Si, quiero ser tuya eternamente.

Archie camino tomado de la mano de Any y la llevo a su querido portal, se escuchaba el sonido del agua correr y el viento soplaba en el rostro de ambos, el estaba por fin listo para estar con ella, la amaba, sabía que su destino era estar juntos.

Albert cabalgaba velozmente, Kilia se sujetaba abrazándolo fuertemente y fue llevada a la casa de campo donde los animales esperaban ansiosos la llegada de su amigo, él la ayudo a bajar y le presento a cada a sus fieles compañeros, ella los abrazo fuertemente tratando de aprender cada nombre, Albert la miraba con tanto amor.

Albert: Bueno haz pasado la prueba con honores.

Kilia: A que te refieres?

Albert: Ellos detectan la bondad y por lo visto tú tienes en abundancia. Pupe podrías traerme ese paquete que te di hace algún tiempo.

Pupe busco en su lugar secreto y entrego en manos de Albert una pequeña cajita, este la abrió y saco de ella un anillo.

Albert: Lo compre en áfrica hace ya algún tiempo, deseaba entregártelo pero sentí que debía esperar, después tú ya no estabas, así que decidí guardarlo y dártelo la próxima vez que te viera, prometí que no te dejaría ir nuevamente.


Albert se inclino frente a Kilia y junto con él todos sus pequeños animales, ella levanto el rostro de Albert lo beso en la frente, respondiendo con un TE AMO, acepto aquella propuesta.

Anthony y Candy cruzaron el jardín de las rosas, aquel maravilloso aroma estaba en el aire, el olor de Anthony inundaba el lugar, en la puerta de la mansión la Tía Abuela esperaba ansiosa a sus sobrinos, de saber si Stear había sido encontrado, si estaba vivo, oculto aquel periódico y corrió hacia ellos abrazándolos fuertemente, les pregunto aquello que deseaba saber y a pocos metros de distancia su respuesta aparecía del brazo de una bella chica, Stear corrió hacia su amada tía y la abrazo, ella lloraba, estaba tan feliz de saber que estaba nuevamente junto a ella. Todos se acercaron a la tía que feliz recibía a cada uno con aquel amor maternal que los había hecho los hombres que eran.

La noticia apareció en los periódicos habría una boda múltiple, los Andrew se casarían en un mes, si señores, ellos habían decidido contraer matrimonio el mismo día y para sorpresa de Candy, ella y Anthony serian una de las parejas, sus amigas de la C.I.A. la habían metido en aquel lio “ya que a la primera no las invito, tendría que casarse nuevamente si quería ser perdonada por sus queridas amigas”

El día llego, todas estaban bellísimas y los novios deslumbrantes, eran totalmente felices, no había en el mundo nadie más feliz que aquellos que eran declarados esposo y esposa por la eternidad.

Cada uno tomo de la mano a su esposa y salió de la iglesia, todos admiraban aquel espectáculo de belleza sin igual, cuando en una de las bancas del fondo Stear creyó ver a alguien conocido, ese rostro pensaba él, pero no puede ser, ¡¡¡él está muerto!!!

El hombre se acercó a donde Stear lo miraba sorprendido, y abrazándolo le dijo:

¡¡¡La pesadilla ha terminado y lo que se aproxima es un hermoso despertar!!!

Y así Hardy se alejó de allí tomado de la mano de una chica rubia que parecía vivir la misma felicidad que ellos vivían ahora.


FIN

Dmar
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GENERAL DEL EJERCITO
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"COMO UNA PESADILLA"  (FIC ANTHONY BROWER) Empty Re: "COMO UNA PESADILLA" (FIC ANTHONY BROWER)

Mensaje por Invitado Vie Sep 17, 2010 7:45 pm

:porra: :porra: :porra: :porra: :porra: :porra: ¡¡¡¡YA ME ENCONTRE, YA SUPE DESENREDAR LA MADEJA!!!! :porra: :porra: :porra: :porra: :porra: :porra: ME ENCANTO DMAR, YO SABIA QUE EN ALGUN LUGAR HABIA UNA SEGUNDA PARTE DE AQUEL PRIMER FIC QUE LEI, ME ENCANTO, GRACIAS. :porra: :porra: :porra:

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